Clamor por Justicia: El dolor de una familia que lucha tras una tragedia en Maldito Ibiza

Clamor por Justicia: El dolor de una familia que lucha tras una tragedia en Maldito Ibiza

La vida de Micaela Ibarra cambió para siempre tras un violento accidente en un boliche de Tierra del Fuego. La negligencia y la falta de acción inmediata marcaron el destino de una joven estudiante que hoy enfrenta secuelas físicas y psicológicas mientras su familia pide justicia y cambios estructurales en la seguridad de estos establecimientos.

En diálogo con FM del Pueblo, Alberto y Mónica, padres de Micaela Ibarra, relataron con dolor la odisea que atraviesan desde que su hija sufrió un grave accidente en la discoteca Maldito Ibiza, en Río Grande Tierra del Fuego. Una noche de diciembre, la vida de la joven cambió drásticamente cuando un joven, en medio de una pelea con los guardia de seguridad, lanzó un escombro que impactó directamente en su cabeza. Lo que siguió fue una cadena de negligencias que ha dejado a Micaela con heridas profundas, tanto en su cuerpo como en su espíritu.

La Madre, Mónica, visiblemente afectada, relató por FM Del Pueblo, “Mi hija sufrió un golpe devastador en la cabeza y la zona maxilofacial. Tuvo múltiples fracturas que requirieron cirugía urgente, le pusieron dos placas de titanio y tornillos. Lo peor fue la falta de atención médica en el momento. El personal del local no hizo nada, ni siquiera llamaron a una ambulancia. Sólo la sacaron fuera, tapada con una campera. Fue su amiga quien, desesperada, pidió ayuda”.

La indignación de la familia no sólo recae en el doloroso accidente, sino también en la falta de respuesta de las autoridades y la justicia. Según los padres, el autor de la agresión fue liberado a las pocas horas y el local nocturno continuó funcionando como si nada hubiera pasado. “Mientras nosotros vivimos un calvario, ellos siguen su vida normal. Mi hija no puede hacer lo mismo. Abandonó sus estudios, tiene pesadillas y miedo de salir a la calle. Su vida ya no es la misma”.

Mónica también compartió la frustración de no encontrar una respuesta clara por parte de las autoridades judiciales: “No hay avances en la causa, nadie nos ha llamado. La persona que tiró la piedra jamás se disculpó, ni siquiera mostró un mínimo de empatía. Es como si no les importara lo que pasó”.

Micaela, que se encontraba estudiando en la universidad, ha visto truncados sus planes debido a las complicaciones de salud que aún enfrenta. “Hace poco tuvo que abandonar la facultad por una infección en las placas que le pusieron. Ahora debe enfrentar otra cirugía”, explicó su madre.

La familia Ibarra se encuentra bajo una constante presión emocional. Mónica confiesa que las noches son las más duras: “Ella no duerme, tiene pesadillas, y nosotros estamos destrozados. Sólo pedimos justicia, que la jueza vea la causa y que este tipo de tragedias no se repitan”.

Este caso ha abierto interrogantes sobre la seguridad en los locales nocturnos de la provincia. Los padres de Micaela cuestionan la capacitación del personal de vigilancia y las condiciones del lugar: “No había policías afuera, y claramente no están capacitados. Un boliche debe tener un protocolo de seguridad, seguro médico. No deberían haber movido a mi hija, eso sólo complicó más las cosas”.

La lucha de la familia Ibarra se ha convertido en un llamado desesperado por justicia. Mientras el local Maldito Ibiza continúa operando, ellos siguen enfrentando el dolor diario de ver a su hija intentar recuperar una vida que ya no es la misma. Las secuelas del accidente son profundas, y el tiempo no ha mitigado la herida abierta en el corazón de esta familia.

“Sólo le pido a la jueza que haga lo correcto. Que nadie más tenga que pasar por esto”, concluye Mónica, con la esperanza de que su voz sea escuchada y que algún día puedan encontrar la paz que tanto buscan.

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