El Presidente mostró su descontento tras una columna crítica en el diario Clarín, lo que derivó en una decisión sorpresiva: frenar la adquisición de Telefónica por parte de Telecom. La medida, que contradice su histórica defensa de los monopolios, genera tensiones con el Grupo Clarín y abre un nuevo frente de batalla en su relación con los medios.
El malestar presidencial se profundizó este viernes cuando el mandatario Javier Milei leyó una columna del periodista Marcelo Bonelli en el diario Clarín, en la que se cuestiona la posibilidad de que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se concrete para mediados de abril, tal como lo había anunciado el propio Presidente. Este episodio no hizo más que agudizar las tensiones entre el Gobierno y uno de los medios más influyentes del país.
Lo llamativo del caso es que Milei optó por enfrentar de manera directa a Clarín por cuestiones que, en comparación con otros temas de mayor envergadura, podrían considerarse menores. Esto ocurre en un contexto en el que el medio había mostrado un giro significativo en su cobertura, alineándose en cierta medida con el Gobierno, como se evidenció en su tratamiento de la represión liderada por Patricia Bullrich en el Congreso. Sin embargo, el Presidente demostró una vez más su tendencia a convertir en adversarios a quienes podrían ser sus aliados, una característica que ya había sido destacada por diversos analistas políticos.
Desde Clarín, consideran que son objeto de una guerra «unilateral» por parte del mandatario y no están dispuestos a ceder en su intento de construir una relación cordial con el Ejecutivo. Una tarea que se antoja complicada, dado que la administración libertaria, tal como el propio Milei ha expresado, recurre a la «guillotina» para todo aquel que no se pliegue de manera incondicional a sus directivas.
La sorpresiva decisión de frenar la compra de Telefónica
En este clima de tensiones, el Gobierno tomó una medida que generó revuelo: decidió suspender la compra de Telefónica por parte de Telecom, una operación que ya había sido acordada entre ambas empresas. Este proceso, que normalmente requiere meses de análisis y la intervención de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), fue abruptamente interrumpido por una decisión presidencial que, además, parece contradecir la prédica de años de Milei a favor de los monopolios y la libre competencia.
Según un comunicado emitido por Presidencia, la operación entre Telecom y Telefónica generaría una concentración excesiva en el mercado de telecomunicaciones. «La participación resultante de la operación implicaría una concentración del 61% en el mercado de telefonía móvil; 69% en la telefonía fija; y, en el caso del servicio de internet residencial, en algunas regiones del país, la concentración podría alcanzar el 80%», detalló el texto.
La medida se basó en una recomendación de la CNDC, que advirtió que la fusión de ambas compañías incrementaría de manera significativa su participación en el mercado, lo que podría afectar la competencia y perjudicar a los consumidores.
Telecom responde con cautela
Frente a la decisión del Gobierno, Telecom emitió un comunicado en el que expresó su voluntad de colaborar con los organismos competentes para garantizar un proceso transparente y acorde con los estándares internacionales. «Aguardamos la debida comunicación oficial para evaluar el alcance de la medida y responder oportunamente dentro del marco correspondiente», señaló la empresa.
Además, el texto deslizó una advertencia: «Oportunamente, y una vez recibida la notificación formal, Telecom brindará su posicionamiento respecto de la medida y de los próximos pasos a seguir». Este mensaje, medido y cuidadoso, deja entrever que la compañía no descarta tomar acciones legales o administrativas para defender sus intereses.
Un nuevo frente de batalla
La decisión de Milei de intervenir en una operación entre privados no solo sorprendió por su carácter inusual, sino también por su timing, en medio de un creciente enfrentamiento con Clarín. Algunos analistas interpretan esta medida como un mensaje directo al Grupo Clarín, propietario de Telecom, en un intento por demostrar su poder y su disposición a tomar medidas drásticas contra quienes no se alineen con su visión.
Este episodio marca un nuevo capítulo en la compleja relación entre el Gobierno y los medios de comunicación, y plantea interrogantes sobre el futuro de las políticas de competencia y regulación en el país. Mientras tanto, el conflicto entre Milei y Clarín parece lejos de resolverse, y podría escalar en los próximos días, con repercusiones impredecibles para el escenario político y económico argentino.
Conclusión: La decisión de Milei de frenar la compra de Telefónica por parte de Telecom no solo impacta en el mercado de telecomunicaciones, sino que también intensifica su enfrentamiento con Clarín. Una batalla que, más allá de los intereses económicos, refleja la compleja dinámica de poder entre el Gobierno y los medios.