El presidente Javier Milei generó polémica al referirse erróneamente al prócer argentino como «Juan José de San Martín» durante un acto conmemorativo. La exmandataria Cristina Fernández de Kirchner no dejó pasar el desliz y lo utilizó como argumento para enfatizar la necesidad de reformar el sistema educativo en el Congreso Nacional de Educación.
En el marco del 213° Aniversario de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo «General San Martín», el presidente Javier Milei protagonizó un insólito episodio al referirse al Libertador de América como «Juan José de San Martín». El error ocurrió durante su discurso en el acto oficial realizado el viernes en el Regimiento de Infantería 1 de Patricios, ubicado en el barrio porteño de Palermo. El mandatario estuvo acompañado por el ministro de Defensa, Luis Petri, y el jefe del Ejército Argentino, el general de división Carlos Alberto Presti.
El desliz no pasó desapercibido. La exmandataria y líder del Partido Justicialista, Cristina Fernández de Kirchner, aprovechó la ocasión para cuestionar la formación del presidente y abogar por una revisión del sistema educativo. Durante su participación en el Congreso Educativo Nacional «Imaginar y transformar», realizado este sábado en la Facultad de Sociales de la UBA, Fernández de Kirchner ironizó sobre el error de Milei.
«Qué maravilla este primer encuentro y por muchos más, por favor. Además de todas las razones acerca de por qué es necesario discutir y replantear la educación, creo que el hecho de tener un presidente que no sabe cómo se llama San Martín y ayer lo llamó Juan José de San Martín ya justifica la realización de un Congreso Nacional de Educación, sin lugar a dudas», expresó la exmandataria al inicio de su intervención.
En tono burlón, agregó: «Casi muero de espanto, para colmo con los Granaderos. Yo no sé cómo no se cayó ningún granadero cuando escuchó eso».
El error que quedó en la historia
El acto en conmemoración de los Granaderos a Caballo fue un momento solemne, pero la equivocación de Milei le restó seriedad. En su alocución, el presidente afirmó: «Esto resultó fundamental para alcanzar el éxito en la campaña libertadora del General Don Juan José de San Martín». Lo llamativo es que el discurso estaba escrito, lo que sugiere que el error pudo haberse corregido antes de ser pronunciado. Sin embargo, no fue así, y la confusión quedó registrada.
Este no es el primer traspié del mandatario en relación con la figura de José de San Martín. En agosto del año pasado, durante la conmemoración del Paso a la Inmortalidad del prócer, tanto Milei como su hermana, Karina Milei, compartieron en redes sociales una cita falsa atribuida al Libertador. La frase, que decía: «La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder», fue desmentida por el Instituto Nacional Sanmartiniano, que aseguró que no existe registro alguno de que San Martín haya pronunciado esas palabras.
Reacciones y repercusiones
El error de Milei no solo generó críticas desde la oposición, sino que también despertó comentarios en redes sociales y medios de comunicación. Muchos usuarios destacaron la importancia de que un presidente tenga un conocimiento preciso de la historia nacional, especialmente cuando se trata de figuras emblemáticas como San Martín.
Por su parte, el Congreso Educativo Nacional «Imaginar y transformar» se convirtió en un espacio donde se debatió la necesidad de fortalecer el sistema educativo. Fernández de Kirchner insistió en que episodios como el ocurrido con Milei refuerzan la urgencia de discutir y reformar la educación en Argentina.
Mientras tanto, el gobierno no se ha pronunciado oficialmente sobre el error del presidente, que ya forma parte de los momentos incómodos de su gestión. Lo cierto es que la confusión entre «José» y «Juan José» quedará grabada en la memoria colectiva como un desliz difícil de olvidar.
Conclusión:
El episodio no solo puso en evidencia un error histórico, sino que también reavivó el debate sobre la calidad de la educación y la importancia de conocer y respetar las figuras fundacionales de la patria. En un país donde la historia ocupa un lugar central en la identidad nacional, equivocarse con el nombre del Libertador es, sin duda, un hecho que no pasará inadvertido.
