En una emotiva entrevista, el referente de los excombatientes repasó cómo surgió la conmemoración hace tres décadas, su rol en la unificación de las asociaciones y el crecimiento de un homenaje que hoy convoca a miles.
En el marco de la próxima vigilia por el Día del Veterano y los Caídos en la Guerra de Malvinas, Aldo Aguirre, presidente del Centro de Veteranos de Guerra Malvinas Argentinas de Río Grande, revivió en una entrevista radial los orígenes de esta emotiva conmemoración. Con la humildad que lo caracteriza, pero con la firmeza de quien forjó un legado, Aguirre recordó cómo hace 30 años ingresó al estudio de radio para convocar a los primeros homenajes, cuando apenas un puñado de compañeros respondió al llamado.
Aguirre, quien fuera el primer presidente de la unificación entre la Asociación Combatiente 2 de Abril y el Centro de Veteranos en 1999, destacó el camino recorrido: «Comenzamos con nueve soldados y un suboficial… Hoy vemos cómo miles de personas se suman», reflexionó. Su relato evocó aquellos años en los que, junto a figuras como Oscar D’Agostino y otros veteranos, sentaron las bases de lo que hoy es una jornada de profundo significado patriótico y emocional.
El entrevistado no ocultó su emoción al comparar aquellos primeros encuentros íntimos con las actuales movilizaciones masivas: «Estamos convencidos de que hicimos algo por ellos [los caídos]. Este homenaje les pertenece», afirmó. Aguirre subrayó el rol de la comunidad riograndense en mantener viva la memoria y reivindicar la causa Malvinas, especialmente en un contexto donde los veteranos lucharon por años contra el olvido.
Durante la charla, también hubo espacio para anécdotas personales, como su vínculo laboral y amistoso con el locutor Rulo Quiroga, quien lo acompañó en los inicios de la difusión de la vigilia. Aguirre, conocido afectuosamente como «el Yaka» entre sus pares, recibió elogios por su incansable labor, aunque él insistió en compartir el mérito: «Fuimos un grupo el que empezó esto», remarcó.
Con la vigilia de este año a la vuelta de la esquina, Aguirre confirmó su presencia y adelantó: «Ya no veo la hora de vivirlo nuevamente». Su testimonio no solo reafirma el valor de la memoria colectiva, sino que interpela a las nuevas generaciones a sostener el reclamo por Malvinas. «Que no se pongan mal los otros compañeros –bromeó–, pero alguien tenía que dar el primer paso», concluyó, dejando en claro que, para él, el reconocimiento a los héroes nunca fue una competencia, sino una misión.
