Roberto Oyarzun, de la comisión directiva de SIPROSA, denuncia el deterioro de la salud pública por la falta de profesionales de planta permanente, salarios bajos y contratos itinerantes costosos. Advierte que, sin soluciones, la atención se volverá insostenible.
El sistema de salud fueguino enfrenta una crisis estructural, según alertó Roberto Oyarzun, integrante de la comisión directiva del Sindicato de Profesionales de la Salud (SIPROSA). El representante gremial detalló los graves problemas que afectan a hospitales públicos: tercerización masiva de servicios, salarios indignos y una fuga constante de profesionales hacia el sector privado.
Oyarzun comparó la situación actual con la de años atrás: «Antes, los servicios estaban cubiertos por profesionales de planta permanente. Hoy, especialidades críticas como oftalmología o pediatría dependen de contratos temporales». Ejemplificó que, en la guardia central del hospital, el 75% del staff son itinerantes que rotan cada 15 días, mientras que los médicos locales cobran tres veces menos por las mismas horas de trabajo.
Itinerantes vs. planta permanente: la inequidad que desgasta
El modelo de contratación actual, según SIPROSA, es ineficiente y costoso: «Se gasta más en traer profesionales de otras provincias —con viáticos, alojamiento y sueldos elevados— que en retener a los nuestros», explicó Oyarzun. Además, criticó que estos esquemas generan inestabilidad: «Un paciente no puede tener continuidad si su médico cambia cada mes».
La situación se agrava por los bajos salarios. «Un residente gana 2.5 millones, pero gasta 1 millón en capacitaciones. ¿Cuánto tiempo aguanta así?», cuestionó. El resultado es una migración masiva al sector privado, donde las condiciones son más favorables.
SIPROSA exige al gobierno provincial corregir los aumentos salariales recientes, que consideran «insuficientes y perjudiciales». Oyarzun denunció que el gremio no es incluido en las paritarias —dominadas por UPCN y ATH— y que las reuniones con el Ministerio de Economía y Salud no tuvieron respuestas concretas. «Llevamos 20 días de espera. Si no hay diálogo, el conflicto se profundizará», advirtió.
Este miércoles, los profesionales realizaron una caravana para visibilizar el reclamo, aunque Oyarzun aclaró: «No nos gusta protestar, queremos estar atendiendo. Pero defender nuestro salario es defender la salud pública».
La urgencia de un cambio
El representante enfatizó que, en una provincia insular como Tierra del Fuego, la debilidad del sistema público deja a la población sin alternativas: «Si colapsa, no hay otro lugar adonde ir». Reclamó políticas específicas que consideren el contexto local y prioricen la retención de profesionales con salarios competitivos.
Conclusión: La advertencia de SIPROSA es clara: sin inversión en recursos humanos, el sistema de salud fueguino avanza hacia un colapso irreversible, con consecuencias directas para la comunidad.