La lesión de Pezzella y las dudas en el fondo obligan a Gallardo a improvisar ante Libertad, con juveniles y nombres inesperados en escena.
Lo que parecía un plan claro se convirtió en un rompecabezas defensivo para River Plate. De imaginar una dupla consolidada en el corazón de la zaga con Germán Pezzella y Lucas Martínez Quarta, el equipo ahora enfrenta una realidad distinta: velas por la recuperación de Paulo Díaz y debates por la exclusión de un juvenil casi inédito en la lista de buena fe de la Copa Libertadores. Así de imprevisible es el panorama en Núñez a horas del partido de ida de octavos de final, este jueves frente a Libertad en Paraguay.
El grave desgarro de Pezzella durante el clásico ante Independiente —ruptura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda— desató una cadena de complicaciones. Con Martínez Quarta aún en recuperación por un esguince y Díaz lidiando con una sinovitis, también en la rodilla, Marcelo Gallardo se ve forzado a explorar las profundidades de un banco que, si bien es amplio, presenta interrogantes.
En medio de este escenario, emerge la figura de Sebastián Boselli. El uruguayo de 21 años, recientemente reintegrado tras su cesión en Estudiantes, ingresó de emergencia el sábado y podría ser la opción más firme para enfrentar a los paraguayos. Su regreso no solo marca un giro inesperado en su carrera, sino que lo coloca en la lista de buena fe de la Libertadores, donde ocupó el último cupo disponible, desplazando a otros nombres como el del lateral Lautaro Rivero.
La situación de Rivero añade otro capítulo a esta trama. El joven zurdo, repatriado de su préstamo en Central Córdoba, fue la primera opción de Gallardo ante la ausencia de Díaz, debutando en Primera División. Sin embargo, su exclusión de la lista copera genera desconcierto, ya que el reglamento de la Conmebol no permite su inclusión tardía, salvo en casos excepcionales como el de los arqueros. Esto abre la puerta a alternativas poco convencionales, como Juan Carlos Portillo —mediocampista con experiencia como central— o el juvenil Ulises Giménez, casi sin rodaje en el primer equipo pero habilitado para la Copa.
La nómina riverplatense en el torneo continental también incluye nombres que hoy parecen lejanos al plan deportivo, como Federico Gattoni, apartado del plantel, o Santiago Simón, otro de los no considerados por el entrenador. Mientras tanto, Libertad, el rival, atraviesa su propia crisis: el equipo cayó ante el modesto Recoleta FC, ocupa la sexta posición en la liga paraguaya y perderá a su arquero titular, Rodrigo Morínigo, por una lesión muscular. En su lugar, el experimentado Martín Silva, de 42 años, tomará la meta.
Con más dudas que certezas, River se adentra en un partido clave donde la defensa, improvisada pero no por ello menos combativa, buscará mantener vivo el sueño libertador.
