Tensión Cambiaria: El Tesoro Nacional Intervendría con Reservas para Contener el Dólar

Tensión Cambiaria: El Tesoro Nacional Intervendría con Reservas para Contener el Dólar

Informes de consultoras privadas sostienen que el organismo estaría vendiendo divisas en el mercado spot, una maniobra que contradice los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional y evoca una polémica estrategia de 2018. La medida, aún no oficializada, busca aliviar la presión sobre el tipo de cambio en un año electoral crítico, aunque sus riesgos potenciales encienden las alarmas sobre la sostenibilidad financiera.

El rumor, que durante días circuló con insistencia en los pasillos de la City porteña, parece haber encontrado un sustento concreto. Especulaciones sobre una participación activa del Tesoro Nacional en el mercado de cambios tomaron fuerza este viernes tras la publicación de informes elaborados por dos firmas de análisis económico, 1816 y Vectorial. Los documentos señalan una maniobra oficial que involucraría la venta de dólares provenientes de las reservas del propio organismo para absorber pesos de la economía y mitigar la presión alcista sobre la cotización del billete verde.

La evidencia, según las consultoras, se encuentra en las variaciones de los depósitos del Tesoro en el Banco Central. Un descenso en los saldos en divisas, acompañado de un incremento paralelo en los montos en moneda local, sugiere operaciones de venta de dólares en el mercado spot. El volumen estimado de estas transacciones ronda los 350 millones de dólares, una cifra significativa que, de confirmarse, delineará un nuevo capítulo en la estrategia económica oficial frente a la creciente aversión al riesgo y la fuga hacia refugios de valor.

Este movimiento se produce en un escenario de extrema fragilidad y bajo el estricto marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. El programa suscrito en abril pasado establece prohibiciones expresas para este tipo de intervenciones, exigiendo al BCRA abstenerse de vender divisas por debajo de la banda superior del tipo de cambio y comprometiendo al Tesoro a no realizar ventas dentro de la misma, con el firme objetivo de priorizar la acumulación de reservas netas. El incumplimiento de estas cláusulas podría acarrear complicaciones en la relación con el organismo crediticio, que ya había mostrado flexibilidad ante las metas trimestrales no alcanzadas en la primera revisión del año.

La estrategia desplegada no es aislada. Se enmarca dentro de un paquete de medidas más amplio que el Banco Central viene implementando desde mediados de julio, el cual incluye ventas de futuros, ajustes en los encajes bancarios y subas en las tasas de interés para desalentar la compra de divisas. No obstante, la aparente entrada en escena del Tesoro introduce un matiz de mayor complejidad y potencial controversia, ya que los fondos que maneja provienen de desembolsos del FMI y de créditos de organismos multilaterales, originalmente destinados a reforzar las reservas del BCRA o a honrar compromisos de deuda externa.

La situación trae a la memoria un precedente inmediato que genera escepticismo en los inversores. En 2018, el actual ministro de Economía, Luis Caputo, entonces al frente del BCRA, autorizó operaciones similares en abierta contradicción con un acuerdo vigente con el FMI, lo que precipitó su salida. Este antecedente alimenta los temores de que la historia se repita, con el Gobierno priorizando la contención del tipo de cambio de cara a los comicios de octubre, incluso a expensas de los compromisos internacionales.

Las implicancias de esta política son profundas. Revelan la aguda tensión entre el objetivo de desinflación, que requiere un tipo de cambio estable, y la meta de acumulación de reservas, fundamental para restaurar la solvencia del balance del BCRA. Además, el uso de dólares del Tesoro para intervenir en el mercado compromete su disponibilidad para afrontar pagos de deuda externa, creando un riesgo de liquidez que podría forzar al Central a asistir al fisco, debilitando aún más su ya frágil posición.

En definitiva, la posible intervención del Tesoro en el mercado cambiario subraya la urgencia del oficialismo por preservar la estabilidad macroeconómica en un contexto de alta volatilidad política. No obstante, esta apuesta conlleva riesgos considerables que podrían erosionar la credibilidad ante el FMI y los mercados, planteando serios interrogantes sobre la viabilidad de una estrategia que parece sacrificar resiliencia financiera de largo plazo por estabilidad cambiaria inmediata. El desenlace de esta película, por ahora, permanece abierto.

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