La Academia y el equipo mendocino dividieron honores en un empate estéril que dejó insatisfechos a ambos conjuntos. La figura del arquero local, Agustín Cambeses, y la expulsión de Mauricio Cardillo marcaron el cierre de la jornada.
Bajo la noche de Avellaneda, el estadio de Racing Club fue testigo de un encuentro intenso que, pese a la falta de goles, mantuvo en vilo a los espectadores hasta el pitido final. El partido, correspondiente a la undécima fecha del Torneo Clausura, concluyó con un marcador de 0-0 que no reflejó las emociones vividas en el césped.
Desde el inicio, Independiente Rivadavia demostró una actitud decidida y desplegó un fútbol más incisivo que el propuesto por el elenco local, dirigido por Gustavo Costas. La peligrosidad del visitante se materializó en los pies del colombiano Villa, quien con su habitual desborde generó la primera oportunidad de peligro. Un centro preciso desde la banda izquierda encontró a Matías Fernández, quien estampó un potente testarazo en el travesaño, dejando sin opciones al guardameta Cambeses.
La respuesta de la Academia no se hizo esperar. Martirena proyectó la jugada por la derecha y su envió al área fue conectado de cabeza por «Nacho» Rodríguez, aunque sin potencia para superar al cancerbero visitante Centurión. El equipo mendocino continuó acechando mediante jugadas ensayadas; una falta combinada entre Villa y Amarfil culminó con un disparo cruzado del futbolista colombiano que rozó el palo.
La reanudación del compromiso mantuvo el mismo ritmo trepidante. La velocidad de Villa siguió siendo un martirio para la defensa racinguista, especialmente para Di Cesare. En una de sus incursiones, el colombiano centró para Sartori, quien, bajo la presión de Forneris, forzó una intervención espectacular de Cambeses, despejando el esférico al córner.
Independiente Rivadavia, comandado por Alfredo Berti, insistió en su búsqueda del gol y volvió a inquietar con un cabezazo de Osella. Sin embargo, el arquero de la Academia, quien se mantiene invicto y próximamente se incorporará a la Selección Argentina dirigida por Lionel Scaloni, volvió a demostrar su gran momento. Frente a esta presión, el conjunto local reaccionó con una oportuna llegada de Zuculini.
El desarrollo del partido, parejo y con oportunidades para ambos bandos, mereció tener anotaciones, pero la efectividad brilló por su ausencia. Como coletazo final, y agudizando la frustración del visitante, Mauricio Cardillo recibió la expulsión en los instantes finales. Así, el cotejo culminó con un empate que no favoreció los intereses de ninguno de los dos equipos, dejando la sensación de que el espectáculo merecía un desenlace con goles.
