La Salud de Miguel Ángel Russo: Un Partido que se Juega Fuera de la Cancha

La Salud de Miguel Ángel Russo: Un Partido que se Juega Fuera de la Cancha

El entrenador de Boca Juniors enfrenta una nueva etapa de cuidado médico, mientras el club y su familia priorizan la discreción y su recuperación, en un capítulo más de una larga lucha contra las secuelas de enfermedades pasadas.

El técnico de Boca Juniors, Miguel Ángel Russo, transita por un período de extrema fragilidad. La salud del estratega se encuentra en el centro de la escena, luego de una sucesión de ingresos hospitalarios que encendieron las alarmas dentro y fuera del mundo futbolístico. El club xeneize ha optado por un hermetismo informativo, decantándose por comunicar lo estrictamente necesario y alineándose con el deseo de su grupo familiar, lo que genera que los datos sobre su evolución sean parcos y cuidadosos.

A sus 69 años, el director técnico que en el pasado logró superar un cáncer, se enfrenta ahora a contratiempos relacionados con procesos infecciosos y una significativa deshidratación. Su historial clínico está marcado por un capítulo definitorio ocurrido en 2017, durante su etapa al mando de Millonarios de Bogotá. Fue en Colombia donde le fue diagnosticado un cáncer de vejiga, al que luego se sumó un tumor prostático de reducidas dimensiones. Aquella lucha, que incluyó intervenciones quirúrgicas y sesiones de quimioterapia, si bien fue ganada, dejó huellas imborrables en su organismo, exigiendo desde entonces una vigilancia permanente.

Ese período representó para Russo un desafío monumental, una batalla que libró en dos frentes de manera simultánea: guiar a un equipo en la cancha mientras combatía una dolencia severa. Incluso en los momentos más críticos de su tratamiento, se negó a abandonar su cargo, apareciendo en público durante su convalecencia, un acto de fortaleza que forjó una profunda conexión con la afición y el plantel. Su amigo Hugo Gottardi alguna vez reveló una charla que retrata el temple del entrenador, recordando que, ante un comentario sobre la importancia de un partido, Russo le respondió: “Esto no es nada, yo me jugué el partido dentro del quirófano”. Esa vivencia lo situó en una perspectiva diferente, donde los avatares del fútbol, incluida la presión en un club gigante, palidecen frente a la experiencia de haber enfrentado la muerte.

A comienzos del mes de septiembre de 2025, Russo fue admitido en la Clínica FLENI a causa de una infección urinaria hallada en un examen de rutina. El cuadro fue manejado con antibióticos y suero intravenoso, obteniendo el alta médica tras setenta y dos horas de observación. No obstante, los análisis posteriores demostraron que el proceso de sanación demandaría más tiempo del inicialmente estimado, por lo que continuó su recuperación en su hogar. La situación se complicó semanas más tarde, el 22 de septiembre, cuando una deshidratación pronunciada y alteraciones en sus parámetros clínicos obligaron a una nueva internación. El equipo de salud procedió a estabilizarlo y, tras un periodo de observación en el centro asistencial, le prescribió descanso absoluto.

En la actualidad, Miguel Ángel Russo sigue un régimen de atención médica a domicilio, con supervisiones constantes. Los informes, aunque no oficiales, describen un estado general estable pero delicado, que impone un reposo riguroso. Dentro de Boca Juniors, la dirigencia y los jugadores han manifestado un apoyo unánime, subordinando cualquier interés deportivo a la recuperación del técnico. Mientras Claudio Ubeda conduce por completo los entrenamientos, Russo mantiene un vínculo a distancia con sus colaboradores, aguardando desde su casa una mejoría que le permita, en el futuro, reencontrarse con su pasión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

32k