El mandatario de Salta llevó su protesta al corazón político del país, criticando la paralización de las infraestructuras vitales para el norte argentino. En un gesto de diálogo, el jefe de Gabinete se acercó al lugar y planteó que, tras los comicios, podría abrirse una etapa de negociación.
En un contexto de tensión y búsqueda de acuerdos, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, se presentó este lunes en la Plaza de Mayo para exigir la reactivación de las obras públicas en su provincia, un reclamo que ha sido reiteradamente postergado. La manifestación, que congregó a un grupo de gauchos con el objetivo de simbolizar el abandono del interior del país, adquirió un giro inesperado cuando el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se acercó al lugar para saludar al mandatario provincial.
La aparición de Sáenz en el centro de la capital argentina se produce a menos de un mes de los comicios legislativos del 26 de octubre, en un momento en el que el Gobierno nacional intenta recomponer vínculos con los líderes provinciales para asegurar cierta estabilidad política. Sin embargo, el tono del salteño fue contundente: denunció la falta de respuestas concretas del Ejecutivo respecto a proyectos firmados y ratificados, pero nunca ejecutados.
“Nos van pateando. Hay una falta de gestión evidente”, afirmó Sáenz en declaraciones a la prensa. “Existen rutas de la muerte que necesitan ser arregladas, y sin embargo, el debate público se concentra en conflictos porteños. La Argentina no termina en Buenos Aires”, sentenció, reflejando el malestar de varias regiones del país que se sienten marginadas de las decisiones nacionales.
El gobernador se definió como un “hombre de puente”, dispuesto al entendimiento, pero también advirtió: “Tengo autoridad moral para reclamar, porque di la cara para lograr el equilibrio fiscal. No aspiro a compartir una comida con el Presidente; lo que exijo es que se construyan las infraestructuras que nos fueron prometidas y que son indispensables para nuestro desarrollo”. Sus palabras dejaron en claro el agotamiento frente a lo que calificó como “hipocresía” y “mentiras”.
Minutos después de estas declaraciones, llegó al lugar Guillermo Francos, quien se detuvo brevemente antes de dirigirse al Movistar Arena, donde el presidente Javier Milei presentaría su nueva obra literaria. El ministro coordinador optó por un mensaje conciliador: “Debemos trabajar en conjunto. Estamos en plena campaña, lo cual dificulta los acuerdos, pero una vez pasadas las elecciones, confío en que podremos sentarnos a conversar”. Este acercamiento fue interpretado como un gesto orientado a descomprimir la situación.
El encuentro entre el gobernador y el jefe de Gabinete tuvo incluso un momento distendido, con la participación del músico Facundo Saravia, exintegrante de Los Chalchaleros, quien interpretó el tema “Mi País”. No se descarta que, en el futuro, Sáenz y Francos concreten una reunión formal para abordar los temas pendientes.
Mirada hacia el futuro: el Presupuesto 2026 y la obra pública
En paralelo a estos hechos, el proyecto de Presupuesto para el año 2026, remitido recientemente al Congreso, plantea un incremento significativo en la partida destinada a gastos de capital. Se prevé un aumento del 50,3% con respecto al ejercicio actual, lo que se traduce en alrededor de $1,1 billones adicionales. Este incremento, que superaría la inflación proyectada, estaría concentrado especialmente en transferencias de capital a provincias y municipios, con un alza del 81,4% en ese rubro.
Estas proyecciones presupuestarias podrían abrir una puerta al diálogo postelectoral, aunque, por ahora, el reclamo de Sáenz y de otros gobernadores mantiene viva la pulseada entre el interior del país y un Gobierno que prioriza el equilibrio fiscal como pilar de su gestión.