El rescate financiero de Estados Unidos a Argentina: estabilidad inmediata entre fuertes cuestionamientos

El rescate financiero de Estados Unidos a Argentina: estabilidad inmediata entre fuertes cuestionamientos

La inédita intervención del Tesoro norteamericano con un swap de 20.000 millones de dólares y la compra directa de pesos genera alivio financiero temporario, pero despierta debates sobre dependencia estratégica y condicionamientos políticos

En una movida sin precedentes en la historia financiera argentina, el gobierno de Donald Trump lanzó esta semana un masivo operativo de rescate hacia la administración de Javier Milei, combinando un swap cambiario por 20.000 millones de dólares con la inusual compra directa de pesos en el mercado local . La medida, confirmada por el secretario del Tesoro estadounidense Scott Bessent, proporcionó oxígeno inmediato a las castigadas reservas del Banco Central pero generó intensos debates sobre los costos geopolíticos y la sostenibilidad del modelo económico.

El anuncio se produjo tras cuatro días de negociaciones en Washington entre Bessent y el ministro de Economía Luis Caputo . «Argentina enfrenta un momento de grave iliquidez. Solo Estados Unidos puede actuar con rapidez. Y actuaremos», declaró Bessent en su cuenta de X, donde detalló que el Tesoro estadounidense «compró directamente pesos argentinos» como parte de las «medidas excepcionales para estabilizar los mercados» .

Una intervención financiera inédita

El operativo técnico revela el carácter extraordinario de la medida. El Tesoro norteamericano utilizó al Banco Santander -junto con Citibank y JP Morgan- como vehículo para inyectar dólares en el mercado local . Según reconstrucciones de operadores, la entidad financiera recibió dólares en su cuenta de Nueva York que luego transfirió a su filial argentina para venderlos en el mercado de cambios .

«Que yo sepa esto jamás pasó en la historia», declaró un operador de mesa de dinero de una entidad privada al diario Clarín, reflejando el carácter inusual de la maniobra . Nicolás Cappella, otro operador consultado, describió el momento exacto de la intervención: «Cuando el dólar oficial ya había tocado los $1.470, comenzaron a verse órdenes de venta por debajo de $1.430. Nadie entendía qué pasaba, hasta que se supo que era el Tesoro de Estados Unidos el que estaba interviniendo. Fue una sorpresa total» .

El impacto en los mercados fue inmediato y contundente: el peso se apreció frente al dólar, los bonos soberanos en dólares registraron subas de hasta 10% y las acciones argentinas en Wall Street treparon hasta 27% . El riesgo país, por su parte, cayó hasta los 902 puntos, su menor nivel en meses .

Contexto político y elecciones clave

El salvataje financiero ocurre en un momento de extrema fragilidad política para el gobierno de Milei, a escasas dos semanas de las elecciones legislativas del 26 de octubre . La administración enfrentaba una tormenta perfecta: por un lado, la renuncia de su principal candidato en la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, por presuntos vínculos con el narcotráfico; por otro, una severa presión cambiaria que obligó al Banco Central a vender más de 2.000 millones de dólares en apenas seis jornadas para contener el valor del peso .

«El Gobierno pudo reflotar su alianza con la mayoría del radicalismo, que encabeza la mayoría de los gobernadores, incluyendo al peronista Jaldo y con la Coalición Cívica», analizó Página|12, señalando las complejas negociaciones políticas detrás de la escena . Para el oficialismo, el respaldo estadounidense representa un espaldarazo en la recta final de la campaña, aunque los analistas advierten que los problemas de fondo persisten.

Las aristas geopolíticas del rescate

Más allá de la emergencia financiera, el acuerdo tiene profundas implicancias estratégicas que trascienden lo económico. Según análisis de medios internacionales, Washington busca consolidar a la Argentina como un aliado clave en América Latina frente al creciente influjo chino en la región .

«Una Argentina fuerte y estable que contribuya a consolidar un hemisferio occidental próspero redunda en el interés estratégico de Estados Unidos», declaró explícitamente Bessent en su comunicado . Esta visión se enmarca en lo que algunos analistas describen como una puja por las zonas de influencia, donde «Estados Unidos considera a América Latina como una zona de influencia o ‘patio trasero’ desde la época de la doctrina Monroe» .

Las contrapartidas estratégicas serían significativas. Fuentes periodísticas señalan que «a cambio de estos falsos salvatajes en la economía, Argentina comprometió total acatamiento a la OTAN», incluyendo la instalación de bases en Malvinas y Tierra del Fuego . Incluso se menciona que «una parte de las exigencias de los Estados Unidos ha sido que Argentina deponga sus reclamos sobre Malvinas» , lo que representaría un giro histórico en la política exterior argentina.

Impacto en la economía real y perspectivas

Mientras los mercados financieros celebraban el respaldo norteamericano, los analistas advierten sobre la desconexión con la economía real. «La actividad económica no va a cambiar», señaló Sebastián Menescaldi de EcoGo, reflejando el escepticismo sobre el impacto en la vida cotidiana de los argentinos .

Los indicadores sociales continúan mostrando un panorama complejo: según publicó Página|12, «el consumo de carne bajó el 50 por ciento desde que asumió este gobierno» y «los jubilados tienen que elegir entre comer o curarse» . Esta realidad contrasta con la euforia financiera desatada tras el anuncio del rescate.

Para Juan Napoli, presidente del Banco de Valores, el Gobierno enfrenta opciones limitadas de aquí en más: «Deberá o sacar las bandas, o establecer un tipo de cambio más alto, lo que implicaría una devaluación, o endurecer el cepo. No hay muchas más opciones» . Martín Kalos, de Epyca Consultores, coincidió en que «esto no corrige los problemas de fondo» y anticipó que «en noviembre debería haber una recomposición de variables y una devaluación» .

Las controversias en ambos países

La medida no estuvo exenta de fuertes cuestionamientos tanto en Argentina como en Estados Unidos. Del lado norteamericano, la senadora demócrata Elizabeth Warren calificó de «inexplicable» que el presidente Trump «apoye a un gobierno extranjero mientras cierra el nuestro» . Junto con otros siete legisladores, Warren presentó un proyecto de ley para impedir que el Tesoro utilice su Fondo de Estabilización Cambiaria para rescatar a Argentina .

The New York Times agregó otra arista controversial al revelar que importantes fondos de inversión con estrechos vínculos con Bessent, como BlackRock, Fidelity y Pimco, junto con inversores como Stanley Druckenmiller y Robert Citrone -antiguos socios de Bessent- mantienen importantes posiciones en bonos argentinos y se beneficiarían directamente del rescate . El medio sugirió que «el verdadero objetivo podría ser evitar que sus apuestas se derrumben si la economía argentina colapsa» .

En Argentina, las críticas se centraron en el carácter temporario de la solución. «La intervención del Tesoro de los EE.UU. no es común y, más bien fue pequeña, aunque el oficialismo festejó como si fuera una salvación definitiva»,. «Cada día se presenta el mismo problema porque no solucionó el problema de fondo ¿Hasta cuándo el Tesoro seguirá vendiendo dólares? No hay solución. Por el contrario, generó más dependencia» .

Perspectivas hacia el futuro

El respiro financiero obtenido parece tener fecha de vencimiento. Los especialistas coinciden en que el acuerdo otorga estabilidad transitoria, pero el éxito dependerá de la capacidad política para sostener las reformas y mantener la disciplina fiscal .

Hernán Letcher, del Centro de Economía Política Argentina, alertó sobre los costos ocultos de la política cambiaria: «Si se suman las intervenciones y el costo fiscal, cada dólar que compró el Banco Central terminó costando más de $2.200. Son los dólares más caros del mundo» .

Mientras tanto, la atención se concentra en la cumbre del próximo martes 14 de octubre entre Milei y Trump en la Casa Blanca , donde seguramente se definirán los detalles menos transparentes de este rescate que, más que un salvavidas, algunos comienzan a ver como un ancla que ata a la Argentina a los designios estratégicos de Washington en una región que vuelve a ser vista como «patio trasero» en plena tensión internacional .

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