River sufre una nueva caída y la crisis se profundiza

River sufre una nueva caída y la crisis se profundiza

En un partido marcado por la falta de cohesión y los errores defensivos, el Millonario cayó ante Sarmiento en Junín y extendió su mala racha en el torneo local. La advertencia de Gallardo sobre las fechas FIFA resonó con fuerza en el desarrollo del encuentro.

El presagio formulado por Marcelo Gallardo tras el compromiso en Rosario, donde cuestionó con dureza la continuidad del torneo durante la ventana FIFA, encontró un eco dramático y concreto en el estadio de Junín. La alineación que River Plate presentó ante Sarmiento fue la prueba más fehaciente de sus temores, con apenas cuatro futbolistas repitiendo la titularidad respecto al partido anterior: Armani, Martínez Quarta, Galoppo y Colidio.

Las siete alteraciones restantes configuraron un equipo con una fisonomía inusual, donde un grupo de jugadores acostumbrados a compartir esporádicamente el terreno de juego debieron buscar de inmediato una sintonía que nunca lograron concretar. Esta falta de entendimiento se transformó en el factor determinante de la tarde. La circulación del esférico por parte del conjunto local careció de precisión, lo que derivó en una pérdida constante de posesiones que, en otras circunstancias, hubieran significado peligro concreto para la meta defendida por Lucas Acosta.

La superioridad del Millonario se manifestó durante un lapso acotado, entre los primeros diez y veinte minutos, donde logró arrinconar a su rival y convertir al guardameta visitante en la figura más relevante. No obstante, ese dominio inicial se fue disipando progresivamente y el desarrollo del juego comenzó a equilibrarse. Sarmiento demostró una astucia notable para capitalizar este viraje. Aprovechando un desliz del capitán Armani, quien falló al intentar controlar el balón, Iván Morales anticipó el error y definió con un disparo que se filtró entre las piernas del arquero, inaugurando el marcador.

La reacción de River luego de conceder el gol fue adentrarse un poco más en campo rival en busca del empate, pero se topó con una versión impenetrable de Acosta. El arquero se erigió como el antípoda absoluto de su colega, realizando estiradas notables para neutralir remates de media distancia y saliendo con seguridad a achicar ángulos.

El cierre de la primera etapa encontró a los visitantes replegados en su campo, con el objetivo claro de custodiar la ventaja adquirida. Al reiniciarse el juego, la introducción del colombiano Borja buscó insuflar mayor presencia ofensiva en el área de Sarmiento. La réplica del técnico Eduardo Sava fue contundente: sacrificó a un delantero por un defensor central, una alteración que fue recibida con aplausos por la parcialidad local reconociendo la trayectoria del jugador sustituido.

Con el transcurso de los minutos, la desesperación en el equipo local fue en aumento. River insistía, pero al aproximarse al área rival, la claridad para comprometer seriamente al arquero brillaba por su ausencia. Las jugadas ofensivas concluían, con frecuencia, en centros elevados que la defensa visitante despejaba con comodidad. La oportunidad más clara de igualar el marcador llegó con un remate de Paulo Díaz que impactó con fuerza en el travesaño.

El empate, sin embargo, nunca se materializó. La desazón se apoderó del equipo al pitazo final, confirmando la cuarta derrota consecutiva en el torneo Clausura, un resultado que no hace sino profundizar la palpable crisis institucional y deportiva.

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