Milei proclama el respaldo «absoluto» de Trump y carga contra la oposición tras su polémica visita a Washington

Milei proclama el respaldo «absoluto» de Trump y carga contra la oposición tras su polémica visita a Washington

El Presidente retornó de su encuentro con el exmandatario estadounidense y utilizó el horario central de la televisión para realizar una encendida defensa de su gira, mezclando anuncios grandilocuentes con justificaciones y ataques hacia sus críticos.

Javier Milei regresó al país y, tras su reunión con Donald Trump, irrumpió en el prime time televisivo con un ánimo que fluctuó entre la euforia y la actitud defensiva. Empuñando el marcador que –aseguró– se llevó del Salón Oval, el mandatario de ultraderecha sostuvo con firmeza que el encuentro con el líder republicano fue “inédito e histórico para los parámetros argentinos”. “Lo que se demostró es que Estados Unidos me apoya a mí”, afirmó con contundencia. No obstante, el fervor inicial fue desvaneciéndose a medida que las preguntas incisivas comenzaron a tensionar su relato.

El Jefe de Estado inició su alocución con una extensa disertación sobre la política exterior de Washington. Según su visión, Estados Unidos abandonó su anterior estrategia de descuidar a sus socios para intentar persuadir a sus adversarios. “Ahora cambió. Con Marco Rubio como secretario de Estado, eso cambió. Él conoce la batalla cultural, el caso Cuba… y ahora premian a los aliados. Los que no son amigos, no son amigos”, argumentó. A partir de esta premisa, hilvanó una serie de declaraciones destinadas a reafirmar el supuesto respaldo inquebrantable de Trump, al que calificó de “total y absoluto” y que, según él, se extendería hasta el final de su mandato en 2027 y potencialmente más allá.

El Presidente arremetió con dureza contra los medios de comunicación, a los que acusó de realizar un “acto malicioso” al cubrir la respuesta del mercado financiero tras su reunión en la Casa Blanca. “Después el propio Trump lo aclaró: manifestó un apoyo total y absoluto a mí. No hay dudas de eso”, insistió, atribuyendo las críticas a un “status quo” que, en su opinión, anhela su fracaso. “Mientras yo esté en el poder, Estados Unidos me apoya”, sentenció.

Al ser interrogado sobre la posibilidad de que su viaje implicara un rescate financiero, su explicación derivó en un terreno confuso. Negó que el swap de divisas acordado constituyera deuda, definiéndolo como un préstamo contingente. “Es muy difícil esto, porque esto lo hicieron desde la posición de los economistas. Salvo dos, erraron todos, porque son deshonestos intelectualmente”, espetó. Aseguró que los fondos están destinados a cancelar obligaciones y así reducir el riesgo país, y se atribuyó el mérito de haber sacado a “12 millones de la pobreza”, pese de calificar la cifra general de “aberrante”. En un arranque de optimismo, vaticinó que, de mantenerse el rumbo, la Argentina podría convertirse en la nación con mayores ingresos del mundo en cuatro décadas.

La oposición como blanco

Con el transcurso del diálogo, el tono del mandatario se volvió más áspero y nervioso. Sus respuestas se entrecortaron en varias ocasiones, repitiendo conceptos inconexos mientras descargaba su frustración contra el Congreso. Acusó a la oposición de librar una campaña “agresiva” y sin precedentes, y de “transgredir” al votar aumentos de gasto sin financiamiento. Se desligó de cualquier responsabilidad sobre el manejo de las Leliq, atribuyendo el “descalabro” a sus adversarios políticos, a quienes acusó de promover leyes para “destruir” su proyecto.

La entrevista también dejó al descubierto declaraciones controvertidas. Mencionó un supuesto acuerdo con la empresa de inteligencia artificial OpenAI por 25.000 millones de dólares, información que la compañía se apresuró a desmentir horas más tarde. Al ser consultado sobre la situación social, esquivó la pregunta argumentando que “en la medida en que se despeje el ruido político, va a bajar el riesgo país”.

En un pasaje particularmente tenso, defendió a su aliado José Luis Espert ante las acusaciones de vínculos con el narcotráfico, tildándolas de “campaña sucia” y dando el asunto por zanjado. “Se fue, se corrió, dio un paso al costado. Listo, ya está. No me importa mirar para atrás, basta de mirar para el pasado. ¿Qué quiere, que me ponga a llorar?”, cuestionó. Finalizó su intervención apuntando contra su clásico antagonista: “Trabajamos para ganar las elecciones, pero los kukas tiran piedras, quieren romper lo que hizo Milei”.

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