Kicillof intensifica la pulseada política y desafía a Milei con una carta de fuerte tono opositor

Kicillof intensifica la pulseada política y desafía a Milei con una carta de fuerte tono opositor

El mandatario provincial cargó contra las políticas nacionales en un escrito público, marcando la cancha de cara al 2027. Cuestionó el ajuste, la pérdida de soberanía y la exclusión de gobernadores opositores, al tiempo que reivindicó su gestión y reclamó por los fondos retenidos a Buenos Aires.

En un gesto de abierto desafío al Presidente de la Nación, el gobernador Axel Kicillof hizo pública una carta de contundente tono crítico, en la que responsabiliza a Javier Milei por el “descalabro económico” que, asegura, afecta a la sociedad. La misiva, difundida a casi una semana de los comicios legislativos, representa una clara señal de la estrategia que adoptará el oficialismo bonaerense de cara al ciclo político que se abre: priorizar la gestión territorial y erigirse como la voz principal de la oposición, con la mira puesta en las elecciones de 2027.

El escrito, de extenso desarrollo, no escatima en dureza. Desde el primer párrafo, Kicillof admite los favorables resultados electorales obtenidos por La Libertad Avanza, pero advierte de inmediato que “las calamidades que su modelo económico provoca en nuestra sociedad siguen su curso”. En su descripción, jubilados, trabajadores, comerciantes e industriales padecen las consecuencias de un ajuste que se traduce en “recesión, feroz caída del consumo, pérdida de empleo y, sobre todo, angustia y desesperación”.

El mensaje se enmarca en lo tratado durante un reciente encuentro del Gobernador con su gabinete y los intendentes alineados en el Movimiento Derecho al Futuro. Allí se consolidó el rumbo: construir una alternativa de poder que dispute el horizonte político dentro de cuatro años, con la Rosada como objetivo central y el jefe de Estado como principal antagonista.

En su documento, Kicillof aborda también la intervención de inversores externos, en alusión a los fondos gestionados por Scott Bessent. Aunque reconoce su efecto calmante en los mercados, sentencia que de “ninguna manera resuelven los problemas de la vida cotidiana de la mayoría de los argentinos”. Vincula este rescate financiero con la profundización de la dependencia y una “pérdida de soberanía y dignidad nacional”, en referencia a las gestiones con capitales foráneos.

Uno de los ejes más destacados del texto es la defensa del federalismo. El Gobernador se presenta como garante de la institucionalidad y reclama por la exclusión que sufre, junto a otros mandatarios provinciales, de los espacios de diálogo con el Gobierno nacional. Subraya que las provincias que integran esta suerte de “lista negra” representan a más del cuarenta por ciento de la población y que su marginación constituye un “gesto antidemocrático y contrario al espíritu federal”.

La carta incluye, además, un pormenorizado reclamo por los recursos que la Nación, según Kicillof, le adeuda a la provincia de Buenos Aires. Denuncia que el llamado “superávit fiscal” se construyó sobre la “quita ilegal de fondos” a las jurisdicciones, con la eliminación de partidas clave como el Fondo de Seguridad, el Fondo de Incentivo Docente y el Fondo Compensador para Jubilados. En este marco, afirma que Buenos Aires, pese a ser la principal productora y aportante del país, recibe un porcentaje ínfimo de la recaudación, lo que califica como “injusticia estructural”.

Entre líneas, tanto la carta como la reunión con intendentes dejan trascender una convicción: los problemas generados por la administración libertaria permanecen intactos pese al triunfo en las urnas y es probable que se agudicen. Trazan incluso un paralelismo con la experiencia de Mauricio Macri, quien tras su victoria en 2017 vio agotarse su proyecto político mucho antes de finalizar su mandato.

En un pasaje de tono más político, Kicillof se refiere a la aritmética electoral. Frente a la insistencia presidencial en que “dos más dos son cuatro”, replica que la suma de quienes no votaron por el oficialismo nacional y quienes se abstuvieron conforma “una mayoría social que no lo está aplaudiendo precisamente”. Esa porción del electorado, desencantada y alejada de los comicios, aparece como el territorio a conquistar para que una eventual candidatura del Gobernador tome verdadero vuelo.

Analistas consultados coinciden en que, con un padrón rejuvenecido, el peronismo debe construir una narrativa de futuro que dispute la que hoy monopoliza La Libertad Avanza. En ese sentido, recuerdan proyectos de gran envergadura que quedaron truncos, como la planta de Gas Natural Licuado en Bahía Blanca –la mayor inversión extranjera directa gestionada en la historia del país–, que fue cancelada tras una intervención del Gobierno nacional. Aquella iniciativa, impulsada desde la gestión de Kicillof en YPF, buscaba generar empleo industrial, agregar valor a los recursos naturales y obtener divisas. Su frustración simboliza, para el espacio que conduce el Gobernador, la encrucijada actual entre dos modelos de país en pugna.

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