Tras una prolongada y tenaz resistencia, la comunidad del hospital pediátrico más importante del país consiguió un incremento salarial del 61% y el pago de sumas retroactivas. El acuerdo, sellado tras una intensa pulseada, es celebrado como un logro de la movilización y la unidad gremial.
Una página de lucha se cierra con un desenlace favorable en el Hospital Garrahan. Después de un extenso y arduo conflicto que se inició en los últimos días de mayo y se sostuvo con firmeza durante largas jornadas, la plantilla de trabajadores de la institución médica ha alcanzado una mejora salarial fundamental. El Consejo de Administración del nosocomio comunicó de manera oficial la concesión de un aumento del sesenta y uno por ciento en los haberes, que incorpora además una suma retroactiva correspondiente al mes de octubre.
De acuerdo con lo transmitido a los empleados, a partir del próximo lunes estos ajustes comenzarán a visualizarse en los recibos de sueldo, aliviando una tensión económica que se había agudizado con el paso de los meses. No obstante, la fuente del financiamiento para cumplir con este compromiso introduce un matiz de expectativa. Las propias autoridades del Hospital señalaron que los recursos para afrontar esta mejora emergerán provisionalmente de la caja propia de la institución, en espera de la tan ansiada transferencia de fondos por parte del Gobierno Nacional.
Este desenlace no es interpretado por sus protagonistas como un mero resultado administrativo, sino como la conquista tangible de una fuerza social organizada. Los trabajadores, en un marco de alivio y celebración, definen este acuerdo como el triunfo de un movimiento colectivo que supo defender con perseverancia sus derechos. La victoria en el Garrahan sienta así un precedente significativo, demostrando que la unidad y la persistencia pueden doblegar incluso los escenarios más complejos, asegurando no solo el reconocimiento económico sino también la dignidad de quienes dedican su labor a la salud de los más pequeños.
