Mediante una licitación pública, el Gobierno busca transferir la gestión del emblemático parque a capitales privados, argumentando el fin de un esquema deficitario y la promesa de inversión y mantenimiento sin erogaciones públicas.
El Gobierno nacional materializó este lunes una iniciativa central dentro de su estrategia de reforma del sector público: la puesta en concesión del predio de Tecnópolis. El vasto espacio temático, ubicado en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, será administrado por un privado durante un período de 25 años, con posibilidad de extenderse por un año adicional. La decisión, formalizada a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y publicada en el Boletín Oficial, busca, según las autoridades, terminar con una histórica carga financiera para el erario público.
El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, había anticipado la medida en sus redes sociales, calificando al predio como “históricamente deficitario” bajo administraciones anteriores y asegurando que, con este cambio, “nunca más será una carga para los bolsillos de los argentinos”. El argumento oficial se sustenta en un diagnóstico crítico de la situación actual. Según el Ejecutivo, Tecnópolis arrastraba una deuda acumulada superior a los $4.813 millones, equipamiento faltante valuado en $554 millones —con una denuncia judicial en curso— y un deterioro generalizado de sus instalaciones, todo solventado de manera exclusiva por fondos estatales.
Actualmente bajo la órbita de la Secretaría de Cultura de la Nación, el inmueble de más de 500.000 metros cuadrados ya había experimentado un ajuste en su plantel de personal, reducido en más de un 30% desde el inicio de la actual gestión. Las autoridades enfatizaron que el nuevo modelo mixto de gestión ya habría generado ingresos significativos para el Estado durante 2024 y lo que va de 2025, proyectando un cierre anual con recaudaciones cercanas a los $2.750 millones.
El pliego de la licitación, que se llevará a cabo de manera digital a través del sistema COMPR.AR, establece un canon mensual inicial de $611 millones y exige al futuro concesionario la contratación de un seguro contra incendios por una cifra millonaria, como garantía para la conservación del patrimonio público. A partir del 1 de julio de 2026, el adjudicatario deberá hacerse cargo de las operaciones, asumiendo el compromiso de respetar la programación ya pactada para el resto de ese año.
Pese a la transferencia a manos privadas, el Gobierno nacional garantizó que el carácter cultural y comunitario del espacio se mantendrá. El contrato obliga a destinar el predio a actividades recreativas, culturales, de esparcimiento, talleres y propuestas educativas, incorporando inversiones privadas para su desarrollo y funcionamiento anual. “Con esta medida, el Gobierno Nacional consolida un cambio cultural: un Estado más eficiente que deja de financiar estructuras deficitarias”, sostuvo un comunicado oficial.
La medida recibió el apoyo inmediato de la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, jurisdicción a la que pertenece Villa Martelli. Tecnópolis, inaugurado en 2011 durante el gobierno de Cristina Kirchner, fue objeto de controversias por su supuesta utilización con fines políticos y ya había experimentado cambios durante la administración de Mauricio Macri, incluyendo un cierre temporario. Bajo el gobierno del presidente Javier Milei, el parque continuó sus actividades, combinando eventos públicos con espectáculos privados, aunque recientemente enfrentó suspensiones de shows masivos por razones climáticas y de seguridad.
La concesión de Tecnópolis se presenta así como un hito simbólico y concreto en la política de reducción de la huella estatal, promoviendo un modelo donde la iniciativa privada asume el rol principal en la gestión de un espacio icónico, mientras el Estado se retira de su financiamiento operativo.
