El Poder Real y la Agenda Económica Tras el Discurso Libertario

El Poder Real y la Agenda Económica Tras el Discurso Libertario

Un análisis sobre la concreción del programa gubernamental, los actores que lo ejecutan y las tensiones internas bajo la superficie de un proyecto que prometía revolucionar la política tradicional.

Tras los comicios de octubre, que consagraron a Javier Milei con una victoria significativa, el perfil de su administración ha adquirido contornos definitivos. Las señales que apuntaban hacia ciertos objetivos se han materializado en una realidad concreta, más allá del debate sobre la solidez de su base electoral. El Presidente ha definido que sus metas fundamentales se orientan, de manera explícita, a favorecer a los sectores de mayor poder económico. En estos días, el mandatario ha dejado en claro, mediante acciones tangibles, que su gestión representa la materialización de un anhelo histórico de las altas esferas del poder financiero y corporativo.

Esa postura, cuyo caso emblemático es la propuesta de Reforma Laboral, ha conferido al denominado «Círculo Rojo» la potestad de llevar adelante el programa en los hechos. No se trata de una mera opinión: las transformaciones que impulsa Milei son profundamente estructurales y llevan la firma del establishment económico, bajo la tutela de un ministro que acrecienta su influencia y se ha convertido en el interlocutor privilegiado del Presidente. La referencia apunta a Federico Sturzenegger, quien ha logrado el aval político de la ex ministra Patricia Bullrich –ahora convertida en una vocera clave de la línea económico-política– para actuar con firmeza. Tal es su peso que el «Coloso» ha renovado su entusiasmo por ocupar la silla de Luis Caputo en el Ministerio de Hacienda. Sturzenegger no es un ingenuo; tanto él como Bullrich mantienen una vieja enemistad con Caputo, que se remonta a los años del naufragio económico durante el gobierno de Mauricio Macri.

El sueño cumplido de ese núcleo de poder, que continuará con una reforma fiscal ya avanzada por el jefe de ARCA, Juan Pazo, parece ser también el de los Estados Unidos. En la política económico-financiera han reaparecido, en los últimos tiempos, huellas evidentes de los llamados «Washington boys». Fuentes cercanas a la Embajada estadounidense admitieron que allí hay funcionarios del Departamento de Estado con la orden expresa de «hacer todo lo posible para sostener al Gobierno de Milei». Su tarea inmediata es lograr con urgencia un préstamo REPO de bancos norteamericanos, un financiamiento que hace un mes JP Morgan, Citibank y Morgan Stanley se negaron a otorgar. Los plazos se han acelerado porque Caputo recibió esta semana dos golpes severos: una inflación del 2,5% en noviembre, que mostró un serio debilitamiento del plan de estabilización, y la licitación fallida del BONAR 2029, que apenas cubrió un 20% de los 4300 millones de dólares de deuda que vencen en enero, y a una tasa exorbitante.

«Están presionando a los bancos de allá para que liberen los fondos. Es el plan número uno del Gobierno», reconoció un alto ejecutivo de una entidad bancaria extranjera. Peter Lamelas, el flamante embajador enviado por Donald Trump, pasa más tiempo en despachos oficiales que en su propia oficina, constituyéndose en el respaldo político para lo que sería el tercer salvataje financiero de Caputo. En encuentros con el Gabinete y en una reunión privada con Karina Milei en la Casa Rosada, Lamelas aseguró que Trump le ordenó «poner todo» para evitar la caída de Argentina. Fuentes bien informadas sostienen que será eso o más dinero del Fondo Monetario Internacional, a la espera del resultado de la última revisión de metas, cuya aprobación podría inyectar mil millones de dólares.

Naturalmente, la contrapartida de este favor, según indican observadores en Washington, sería que el apoyo a Milei se retribuya con medidas del gobierno argentino contra China. Estados Unidos reclama que se evite otorgarles licitaciones y se corte el swap de monedas. En este punto coinciden con los objetivos de Techint. Pero, fundamentalmente, el Departamento de Estado alude a un tema central que se menciona poco: la expansión china busca asociarse con países para que estos adopten el yuan como moneda. El objetivo estratégico es que el yuan se convierta en el nuevo dólar. Estados Unidos no parece estar en condiciones de evitarlo a escala global, pero en Argentina intenta contenerlo.

Contraste entre el Lujo y la Austeridad

Mientras una suite de más de mil dólares por noche alojaba a Milei en el Gran Hotel de Oslo, y una comitiva realizaba gastos millonarios en una fugaz visita a Noruega, el Presidente mantuvo dos llamadas telefónicas desde el frío europeo con Sturzenegger. Desde la opulencia de un hotel que ha hospedado a estrellas como los Rolling Stones, conversaron sobre ajuste y los puntos clave de la reforma laboral, en una imagen que sintetiza los contrastes del momento.

Un punto particular se filtró en la norma. A través del artículo 173, se incorporó el Régimen de Incentivos para Medianas Inversiones (RIMI). Algunas cámaras empresariales le solicitaron a Caputo que los beneficios impositivos se extendieran a pequeños comercios y emprendimientos, argumentando que podría ayudar a reactivar la economía. Sin embargo, «Toto» mantiene su idea fija de que la economía saldrá del pozo por sí sola, y que no hay margen para un gasto estatal que la impulse. Se negó. Sturzenegger trasladó la inquietud a Milei.

Patricia Bullrich, moviéndose entre la política y el mundo empresarial, aprovechó para dejar en evidencia esa postura. Aunque el histórico lobbista Julián De Diego acaparó los flashes por su defensa a ultranza del programa, la ley laboral fue diseñada por Techint, con el apoyo de dos allegados de Paolo Rocca: el secretario de Trabajo, Julio Cordero (ex Techint), el Estudio Brouchou y Funes de Rioja, y el radical Alejandro Cacace, mano derecha de Sturzenegger. En un baile coordinado, Rocca invitó a Bullrich a cerrar el foro Pro Pymes, el evento anual del grupo Techint. Allí, Patricia dijo lo que Caputo niega: que la economía está en crisis, que las empresas sufren y que la gente no percibe mejoras.

Rocca, mostrando quién ejerce el poder real y bajo qué condiciones, le lanzó un dardo envenenado. Le agradeció por la reforma laboral, pero le aclaró, con su tono característico, que se trata de un tema casi cosmético. La historia lo respalda: datos oficiales reflejan que entre 2001 y 2007, cuando regía la doble indemnización, el empleo formal privado creció 49,1%. Hoy, con todas las facilidades promovidas por Milei, el desempleo parece enquistarse y las compañías caen una tras otra. Según el INDEC, la capacidad instalada fabril bajó al 61% en octubre. El sector textil, el que más empleo genera, opera apenas al 35% de su capacidad.

El dueño de Techint sabe lo que eso significa, y por eso redobla la apuesta. Ante una tribuna colmada, Paolo le dijo a Bullrich que hay que actuar con urgencia contra las importaciones chinas, que el mundo está levantando muros de contención virtuales. Bullrich optó por no responder. Hace una década, en el Parlamento, Elisa Carrió –que detesta a Rocca– pidió controlar el ingreso de tubos chinos para un gasoducto en Córdoba. «Ustedes saben que yo a Paolo no lo quiero nada, pero a los chinos, menos», expresó entonces. Parece difícil encontrar en el actual Gobierno una línea de acción para rescatar a la economía de estas crisis.

El Regreso de un Operador Clave

Jorge Triaca ha retornado a la escena, sin discretción alguna. El ex ministro de Trabajo de Macri asesora a empresas y ejerce lobby a favor de la Reforma Laboral. En las últimas dos semanas organizó reuniones con empresarios en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

En esos encuentros explicó que «tengo contactos en la Justicia Laboral» y señaló que pretende hacerse cargo de la Reglamentación de la ley, en caso de que sea aprobada en el Parlamento. Arguye «Jorgito», como lo llaman en el ambiente, que su amigo el secretario Cordero «no tiene los nexos políticos» necesarios para evitar que la norma sea desvirtuada o rechazada por los jueces.

Advirtió que habrá numerosas presentaciones de inconstitucionalidad, por lo que «hay que ser muy precisos en la reglamentación». En Santa Fe, esta semana, se mostró avalado «por Mauricio» y dejó entrever que trabaja para el gobernador Maximiliano Pullaro. Triaca podría parecer un actor externo, pero no lo es. En los últimos catorce días visitó al menos en dos oportunidades la Casa Rosada. Se reúne con grupos corporativos que lo proponen para hacerse cargo de la cartera de Trabajo. Son postales de un gobierno que, en apariencia, resulta «fácilmente permeable» a intereses específicos, desdibujando la frontera entre el discurso rupturista y las prácticas tradicionales del poder.

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