No fue un mensaje entregado en mano, fue un piedrazo a la cara

No fue un mensaje entregado en mano, fue un piedrazo a la cara

Editorial de Guillermo Lacaze en el programa el Primero de La Fila, del 14 de agosto de 2023, por FM La Isla.

Finalizada la elección de ayer, uno se toma su tiempo y además recoge datos como para poder hacer lo que uno podría llamar -casi suntuosamente- un análisis. En realidad, es tratar de generar una mirada un poco más amplia, a pesar de caer muchas veces en lugares comunes.

Podríamos decir que la elección se divide en varios segmentos. El primero es el nacional el inmediato, y por supuesto que esto muchas veces habla por sí solo; en algún momento Argentina se pintaba de azul, en otros momentos de amarillo y en esta oportunidad se pintó de lila, de violeta, porque el triunfo de Javier Milei se hizo sentir prácticamente a lo largo y a lo ancho de todo el país, en algunos lugares de manera holgada en otros de manera más ajustada y en otros ganando generando una sorpresa o, además, rompiendo con liderazgos casi ancestrales.

Eso, indudablemente en las primeras horas de comenzado el recuento y a medida que iban llegando datos aislados, la verdad es que se planteaba un triunfo de una manera muy contundente y acá ya podemos hacer la primera de las divisiones: el triunfo de Milei fue un triunfo importante, inesperado para muchos, sorpresivo, pero que además sirvió para que la dirigencia y la clase política nacional recibiera casi como un cachetazo un mensaje envuelto en una piedra. Porque no fue un mensaje entregado en mano, fue un piedrazo. Y cuando hablamos de la dirigencia nacional, nos referimos a los dirigentes de los partidos que gobernaron los últimos 8 años, por lo menos, en nuestro país. Un mensaje para una clase dirigente que siguió, y que estuvo durante estos 8 años, alejada absolutamente de las necesidades de la gente, planteando una lectura de la realidad desde la comodidad de un despacho, antes de conocer o interiorizarse sobre qué le pasaba a aquel que después iba ir a votar. Y aquel que después iba a ir a votar se fue cargando de bronca, se fue desilusionando y se fue desesperanzando. y aquello que en algunos aspectos y espacios se tomaba como una estrategia de campaña, el “cuanto peor mejor”, el mortificar a la gente para obtener un resultado electoral apareció, pero en forma de cisne negro y se llevó puestos incluso a aquellos que habían ideado este tipo de campañas o mensajes a la comunidad desesperanzadores.

A esos también se los llevó la corriente.

Indudablemente el triunfo de Milei ha sido producto de muchos factores, siempre nos han escuchado decir que si hay algo extremadamente extraño y difícil de explicar es la composición del voto y esta no es la excepción. Aunque parece, aunque uno imagina, que tuvo mucho que ver con la bronca y la desilusión, pero también indudablemente con el voto límite, el voto de inflexión, el mensaje de que “es hasta acá”, o lo que es peor, era hasta acá hace un par de años y se traspasó ese límite. Ese límite de tolerancia, de aguante, de paciencia, de incertidumbre, de amargura, de bronca, había recibido un mensaje de advertencia en el 2021 y ahora se corporizo: este es el límite, este es el mensaje limitante, que no reconoció fronteras, que se impuso en todo el país, como todos sabíamos. La amargura y la bronca cruzaban absolutamente a toda la sociedad argentina.

Por otra parte -decíamos que esto lo podíamos dividir en dos- a medida que fue avanzando el escrutinio y se empezaron a conocer los datos, nos encontramos con un panorama, con un escenario de tercios que, por más que se repita, no quiere decir que no lo sea, donde se coloca a una fuerza ganadora como la de Milei, a Juntos por el Cambio después de una interna importante y a Unión por la Patria dentro de ese pelotón, todos en dos puntos y medio de diferencia.

Esto, que al principio del escrutinio marcaba un 32, 34 o 35 % para Milei lo ponía muy cerca de que en una primera vuelta electoral lograra ese famoso 40% con diez de diferencia al segundo, lo que lo catapultaría a la presidencia de la Nación nada más y nada menos que en primera vuelta, pero después, a medida que avanzaba el escrutinio, esa diferencia se fue achicando con Juntos por el Cambio, achicando con Unión por la Patria y alejándose de ese 40% al que la gente de Milei miraba con deseo.

La verdad es que quedan tres espacios competitivos para una elección de primera vuelta allá por el 22 de octubre, dentro incluso del rango de empate técnico. Cuando las encuestadoras – que otra vez le erraron todas, excepto algún dato perdido- marcan esa diferencia de 2/3% como margen de error, bueno, en ese 2/3% están las tres fuerzas que van a discutir e indudablemente romper los tercios allá por el 22 de octubre.  

Eso lo podríamos poner en cuanto a lo nacional, pero en Tierra del Fuego, que es lo que nos ocupa, también se llevó a cabo esta elección. Sin desentonar con el resto del país, Javier Milei ganó la elección, por muy poquito si se quiere en Tierra del Fuego, pero también inesperadamente. La verdad es que se esperaba un resultado que vaya de la mano con lo que sucedió en la elección provincial, cuando le birlaron a los libertarios cerca de tres mil votos. Esa factura se iba a pasar y se consideraba que ese escenario de tercios iba a colocar a los libertarios o a Javier Milei en un tercer lugar entre el voto bronca y el voto de la revancha de aquel despojo de mayo de este año. Eso no sucedió, lo que sucedió es que Javier Milei se impuso en toda la Provincia: en Ushuaia, en Río Grande y en Tolhuin; se impuso con un discurso, el mismo que utilizó en todo el país pero que en la Tierra del Fuego tiene un valor diferente cuando tilda de “estafa” al subrégimen industrial y coloca a todo el mundo en alerta. Indudablemente esa alerta no funcionó, se impuso esa bronca, esa revancha, esa decepción, por sobre ese voto límite que tiene que ver con la subsistencia del subrégimen y enmarcarlo directamente en la vida económica y social de Tierra del Fuego. No se tuvo en cuenta, no tuvo incidencia y la Provincia fue una ola más de las que arrasó a todo el país.

Pero en Tierra del Fuego se dieron además otras particularidades porque se produjo en Unión por la Patria algo que muchos avizoraban: hubo un importante corte de boletas en Ushuaia; Lo que dejó a la candidata a diputada nacional Andrea Freites en un incomodísimo tercer lugar en la capital de la Provincia. Pero, por sobre todas las cosas, también dejó una señal realmente complicada, que tiene que ver con los socios de última hora, con aquellos que no estaban pero que con la incorporación de Massa se incorporaron también y lo primero que hicieron como muestra de lealtad fue cortar boletas en perjuicio de Andrea Freites en Ushuaia y no solamente dejarla tercera como diputada sino generando que saque más votos en Ushuaia Alejandro Deanes, candidato al Parlasur, que la propia Andrea Freites, candidata a diputada nacional.      

Los nuevos socios indudablemente no se portaron bien, pero la verdad es que nadie podía se sorprender, porque ya desde hace bastante tiempo se venía hablando de las falencias del armado. Un armado que por lo menos, al no incorporar al espacio del gobernador de la Provincia, que había logrado su reelección con un 52%, y tampoco al espacio del intendente de la ciudad de Río Grande, que había logrado su reelección con un 56%, quedaba, rengo. Sin embargo, se insistió con el hecho de cavar la grieta y profundizar lo interna y esto era conocido por todos, era un secreto a voces la fractura, el hecho de haber impuesto un candidato pero que además venía con el nuevo socio por una antigua relación parlamentaria. Porque, volvemos a lo mismo, difícilmente alguien vaya a buscar como socio al MPF o al Partido Renovador por su aporte o caudal de votos, que no lo tiene. Y esta fue una de las pruebas latentes. Entonces, con un armado rengo, un socio que no aporta, el resultado no sorprende. Pero además Andrea Freites anoche, en la sede de APA, mandó a trabajar y a caminar más a los intendentes y al gobernador. Uno de esos intendentes no fue convocado -y el gobernador tampoco- a participar o integrar una lista que tenía que ver precisamente con la unidad, pero que además se generó una situaciones de incomodad, la ultima con un posteo que realmente en Río Grande cayó muy mal, que tenía que ver con el hecho de agradecerles a todos menos al intendente de Río Grande.

Uno que esta acostumbrado a transitar campañas electorales sabe claramente que una de las herramientas es, precisamente, durante ese lapso, abrazarse con todos. Porque en una elección se necesita de todos y, sin embargo, primaron un poco, o mucho, las diferencias que hicieron que cada vez se agrandara más la brecha. Esa estrategia tuvo un resultado y ese resultado está a la vista, es un resultado real y contundente.

En el año 2021, en las PASO, lo que era el Frente de Todos en aquel momento sufrió un revés parecido y cuando se fue a la elección general de aquel año Río Grande descontó 14 puntos, Ushuaia también hizo una mejor elección y se pudo revertir la situación. Algunos todavía piensan que eso es posible en Tierra del Fuego, salvo que en aquel momento había un detalle que no era menor, entre la elección PASO y la elección general se logró la prórroga del subrégimen de promoción industrial, nada más ni nada menos.

 Sin embargo, ahora, en las últimas apariciones de quien era el candidato, Sergio Massa, se habló de separatas para empezar a revisar el subrégimen, ponernos otra vez en la picota, de incorporarle el impuesto país a las empresas alcanzadas por el subrégimen, la demora sin justificación de la prórroga a las industrias textiles… era muy difícil tener un resultado electoral diferente al que se obtuvo, incluso sin la aparición de lo que se podría denominar un “cisne negro” como Javier Milei. Un armado sin consenso, un candidato que en las últimas apariciones nos había dejado en off side a todos y una absoluta subestimación y desconocimiento de lo que le pasaba a la gente en Tierra del Fuego.

Definitivamente, un baño de humildad es necesario y ahora es urgente. No es para enojarse, es más, es para que se les vaya pasando el enojo y revisen las actitudes que han tenido, porque se puede absolutamente plantear que hay dos modelos de país, pero el primer paso tiene que ser dejar de tirarle piedras al otro; y principalmente cuando el otro tiene origen propio o cuando al otro se lo necesita. También ese cierto que este tipo de situaciones a puesto a todos en riesgo, porque ahora van a tener que salir a explicar como afecta, como impacta, la posición de Javier Milei con respecto al subrégimen en la vida de cada uno, algo que no hicieron en la campaña porque estaban ocupado en una interna chiquita y berreta, ahora hay que hacerlo, porque como decía un ex gobernador de la Provincia: empieza a temblar el techo y se nos puede caer en la cabeza.         

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