El Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon es un caza polivalente monomotor que Argentina considera necesario para controlar su espacio aéreo. Por seis aviones usados con armamento militar estadounidense, pagará una suma considerable. En contraste, Ucrania los recibirá gratis debido a su conflicto con Rusia.
La situación en Ucrania refleja la historia bíblica de David contra Goliat. A pesar de la previsión de una victoria rápida de Rusia en Kiev a principios de 2022 debido a su superioridad económica, armamentística, demográfica y militar, la realidad ha sido una guerra prolongada con escasos avances para Moscú. Esto se debe en parte a la ayuda financiera y militar que Ucrania recibe de países de la OTAN.
La situación en Europa del Este se asemeja a los conflictos durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS en el Tercer Mundo, como en Vietnam o Afganistán, donde los imperios combatían a través de terceros.
El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EEUU propuso la transferencia de 65 cazas F-16 A/B Fighting Falcon MLU a Ucrania desde Dinamarca, Países Bajos y Noruega.
La Argentina también recibirá aviones similares tras la aprobación del gobierno de Biden, pero requerirá financiación, con un costo de 338.695.634 dólares por 24 cazas F-16 Block 10, más 38 millones de dólares adicionales para su remodelación por Lockheed Martin.
El proceso de adquisición continuará en Dinamarca cuando el ministro de Defensa, Luis Petri, firme el contrato en abril. Los F-16 se integrarán a la Fuerza Aérea a partir de diciembre de 2024.
¿No hay plata?
La negociación por el armamento es crucial para la administración de Milei, como indicaron varios brigadieres. El acuerdo con Dinamarca incluye misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder, AIM-120 AMRAAM, bombas guiadas JDAM, entre otros. Además, el arribo de los F-16 requerirá inversiones públicas en infraestructura en las instalaciones de la VI Brigada Aérea de Tandil.
