El histórico dirigente repasó los años de militancia, los desafíos políticos y el legado de la Ley de Provincialización de Tierra del Fuego en una charla íntima. «Fue un proceso de casi 20 años, pero la voluntad del pueblo terminó imponiéndose», afirmó.
Con la cercanía del 26 de abril, aniversario de la sanción de la ley que convirtió a Tierra del Fuego en provincia, el senador y referente peronista Daniel «Nene» Martínez revivió en una emotiva entrevista los años de lucha por la autonomía fueguina. Desde su rol protagónico en aquel proceso hasta las tensiones internas con figuras como Elena Rubio, Martínez trazó un puente entre la épica de los 70 y los desafíos actuales del justicialismo local.
«Nos costó, pero era una bandera de resistencia»
Con la voz cargada de anécdotas, Martínez recordó los orígenes de la lucha por la provincialización: «En 1975, siendo concejal, ya impulsábamos la idea. Durante la dictadura (1976-1983), el peronismo de Río Grande la mantuvo viva. Era una consigna de resistencia: ‘Territorio rico, no chico’».
La disputa, explicó, no fue solo contra el centralismo sino también contra sectores internos: «El radicalismo de Alfonsín quería una ‘provincia chica’, la idea que favorecía a Inglaterra. Nosotros, con el Movimiento Popular Fueguino, peleamos por la ‘provincia grande’, incluyendo las islas del Atlántico Sur».
Doña Elena Rubio: «Discutimos, pero con respeto»
Uno de los pasajes más reveladores fue su relación con Elena Rubio, líder del Movimiento Popular Fueguino y su rival política: «Eramos opuestos, pero nos teníamos un gran respeto. Ella decía que éramos pocos para ser provincia, pero nunca despreció la idea. Incluso, tras un diálogo con el gobernador Lloret, aceptó avanzar en estudios preliminares».
Martínez destacó el momento clave: «El 26 de abril de 1986, el Congreso votó la ley tomando como base una resolución de nuestra Legislatura. Fue el triunfo de una lucha de casi dos décadas».
Advertencia al peronismo actual: «No confundir gestión con política»
Crítico con la fragmentación del justicialismo fueguino, el «Nene» lanzó un mensaje claro: «El error grave de algunos fue adueñarse de la estructura partidaria y no de las necesidades del pueblo. La gestión municipal es importante, pero sin calor humano y sin escuchar a la gente, no sirve».
Sobre el espacio Provincia Grande (liderado por Martín Pérez), recordó: «Julio Pérez, su padre, militó con nosotros. Hoy hay que volver a la esencia: primero la Patria, después el Movimiento y por último los hombres».
El legado y los desafíos
Pese a los años, Martínez mantiene vivas las consignas: «La provincialización no fue un regalo. Fue la voluntad de un pueblo que resistió. Hoy algunos tienen mentalidad ‘aldeana’, pero la historia nos dio la razón».
Y cerró con un guiño a su estilo: «Abandonado rulo me tienen, pero cuando hablo, la platea se prende. Así ganamos antes: abrazando hasta a los rivales».
La charla, salpicada de humor y nostalgias, reafirmó el lugar de Martínez como un custodio de la memoria fueguina. En tiempos de debates identitarios, su relato es un recordatorio: la autonomía se construyó con lucha, unidad y, sobre todo, con la convicción de que Tierra del Fuego era y es grande por su gente.