Bajo la consigna «El trabajo es sagrado», sindicatos, organizaciones sociales y gobernadores marcharán este miércoles en reclamo de paritarias, contra los despidos y el alineamiento con el FMI. Incluirá un homenaje al papa Francisco.
La Confederación General del Trabajo (CGT) y sus filiales regionales, en conjunto con mandatarios peronistas como Axel Kicillof, agrupaciones gremiales, movimientos sociales y partidos políticos, se congregarán a partir de las 15 horas de este miércoles para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores. La manifestación forma parte de una estrategia de resistencia frente al desempleo creciente, la liberación de importaciones —que ha provocado el cierre de numerosas PYMES— y el desmantelamiento progresivo del sector público.
La convocatoria, replicada en las capitales provinciales bajo el lema «El trabajo es sagrado», partirá desde la intersección de Avenida Independencia y Perú y culminará en el Monumento al Trabajo, ubicado en Paseo Colón. Los organizadores aprovecharán la ocasión para exigir la reactivación de las negociaciones paritarias, en un contexto de rebrote inflacionario, y para repudiar las políticas de austeridad, la represión del gobierno de Javier Milei y la subordinación a las exigencias del FMI, liderado por Kristalina Georgieva.
Además de las demandas laborales, la jornada incluirá un homenaje al fallecido papa Francisco, figura emblemática para el movimiento obrero argentino, con una oración ecuménica.
Un plan de lucha en ascenso
Esta movilización marca el cierre de una fase de protestas iniciada el 9 de abril, con una marcha en apoyo a los jubilados, seguida del tercer paro nacional al día siguiente. La CGT ya anticipa una nueva etapa de confrontación contra las medidas oficiales, que —respaldadas por el FMI— buscan intensificar el ajuste y vulnerar derechos laborales.
Acompañarán la protesta las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA), la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y otras entidades políticas y sociales. En un comunicado, la CGT afirmó: «Marchamos para amplificar el reclamo de los trabajadores, defender el empleo y rechazar la indiferencia ante el sufrimiento popular. Exigimos jubilaciones dignas y un futuro con equidad para las nuevas generaciones».
Salarios en picada y paritarias bloqueadas
Los sindicatos denuncian una pérdida del 33,5% del poder adquisitivo desde el inicio de la gestión libertaria y reclaman la revisión urgente de los convenios salariales, cuyos valores han quedado obsoletos por la inflación. Incluso dirigentes tradicionalmente moderados, como Andrés Rodríguez (UPCN), han alertado: «Si el Gobierno ignora la realidad, el conflicto no cesará«.
Rodríguez desmintió las declaraciones oficiales que aseguran una recuperación salarial: «Afirman que los sueldos se equipararon al dólar o que el consumo mejoró, pero es falso. Mientras el INDEC reporta un 3% de aumento en febrero, muchos estatales llevan ocho meses congelados o con incrementos mínimos».
Logística y alianzas políticas
Abogados de la CGT dedicaron la jornada previa a evitar la aplicación del protocolo antipiquetes, tras el temor de que se restringiera el traslado de manifestantes desde el Conurbano bonaerense. Una vez finalizada la marcha, los máximos referentes gremiales se reunirán en la sede de la CGT con gobernadores peronistas, entre ellos Kicillof, quien ya confirmó su asistencia.
El mandatario bonaerense es visto por las centrales obreras como un potencial candidato presidencial en 2027. Posteriormente, se brindará una conferencia de prensa para reafirmar las exigencias: detener los despidos (que superan los 50.000 en el sector público), frenar el ajuste y garantizar derechos laborales.
El gobierno en la mira: desgaste y ofensiva antisindical
Los sindicatos interpretan que el respaldo social al gobierno se erosiona, citando el fracaso en el control inflacionario, la represión a protestas y la alineación con EE.UU. y el FMI. Según la Universidad Torcuato Di Tella, la confianza en la gestión cayó un 3,7% en abril y acumula un descenso interanual del 4,8%.
Sin embargo, el oficialismo no cede en su embate contra los gremios. Este martes, en la Comisión de Legislación Laboral de Diputados, sindicalistas como Héctor Daer (CGT), Hugo Yasky (CTA) y Ricardo Peidro (CTA Autónoma) rechazaron proyectos para eliminar los aportes obligatorios a los sindicatos. Daer criticó: «Prefieren debilitar a las organizaciones en lugar de abordar el desempleo o la precarización laboral«.
Conclusión:
Con una masiva presencia esperada, la marcha busca demostrar la unidad del movimiento obrero frente a un gobierno que, hasta ahora, ha ignorado sus demandas. Mientras Milei insiste en su agenda de reformas neoliberales, los sindicatos advierten: la resistencia no se detendrá.
