Ramiro Caballero, director ejecutivo de la Unión Industrial Fueguina (UIF), analizó el impacto del reciente comunicado de Mirgor, las medidas gubernamentales y los desafíos para sostener la producción local en un contexto de ajuste y desinformación. Para el titular de la UIF, no es posible hablar de competitividad sin hacer eje en la logística la superposición de tributos.
El comunicado de Mirgor, difundido horas antes de esta entrevista, marcó un punto de inflexión en el tenso escenario que vive Tierra del Fuego. La empresa, líder en producción de celulares en Argentina, ratificó su compromiso con la continuidad laboral y la inversión en la provincia, a pesar del reciente recorte de aranceles a las importaciones. Para Caballero, este anuncio no es solo un gesto de responsabilidad corporativa, sino una invitación a trabajar en conjunto con el Estado para mejorar la competitividad: «Hay que demostrar que podemos ser más eficientes, pero también exigir políticas que nivelen el campo de juego», subrayó en declaraciones a FM La Isla .
Uno de los temas más críticos que abordó el director de la UIF fue la narrativa «simplista y errónea» que circula a nivel nacional sobre la industria fueguina. «Se dice que solo ponemos etiquetas a productos armados en el exterior, como si fuéramos parte de un contrabando masivo. Es una irresponsabilidad que daña nuestra imagen y desconoce el trabajo real de miles de trabajadores», denunció. Esta visión distorsionada, amplificada por medios y economistas, según Caballero, opaca discusiones urgentes: la soberanía productiva, la logística y los costos argentinos.
La reducción de impuestos internos para equipos importados (del 19% al 9.5%) y su eliminación para los fabricados en Tierra del Fuego (del 9.5% al 0%) busca abaratar precios, pero —advierte Caballero— ignora otros eslabones de la cadena: «No basta con quitar aranceles; hay que resolver la carga impositiva en cascada, la logística deficiente y la falta de financiamiento. Competir con Vietnam o China sin tocar esos temas es inviable». El directivo cuestionó la lógica de «primero el golpe, después las soluciones», en referencia al plazo hasta diciembre para definir medidas complementarias.
Tierra del Fuego como termómetro nacional
La provincia, con su régimen promocional en la mira histórica de distintos gobiernos, refleja un problema más amplio: «En Argentina no se discute cómo mejorar la producción, sino si debe existir», lamentó Caballero. Recordó que durante la gestión de Sergio Massa ya se proponía eliminar gradualmente los beneficios, sin analizar alternativas. Hoy, el riesgo es que la desarticulación del sector electrónico —que emplea a más de 15,000 personas— se repita en otras industrias con menos protección.
Consultado sobre el timing del comunicado de Mirgor, en vísperas de un paro provincial, Caballero descartó oportunismo: «Cada empresa evalúa su situación en privado, pero este mensaje es un llamado a la corresponsabilidad. No pedimos subsidios, sino condiciones para competir». Sin embargo, admitió que el camino elegido por el Gobierno —sin diálogo previo— profundiza la incertidumbre: «Newsan ya habló de dificultades; otras empresas podrían seguir. El desafío es que diciembre no sea un plazo muerto, sino el inicio de un plan real».
Más allá de los celulares, la UIF insiste en que Tierra del Fuego es un caso testigo de los desequilibrios argentinos: «Si aquí falla la articulación entre promoción, infraestructura y mercado interno, ¿qué esperanza hay para el resto?». Caballero cerró con un guiño a la audiencia: «Cuando un fueguino escucha que su trabajo vale menos que un producto importado, no solo le duele el bolsillo: le duela la identidad».