Un agresivo altercado entre jugadores de ambos equipos opacó el triunfo visitante en el cierre del partido. Expulsiones, reclamos y tensión en un encuentro que terminó con más polémica que fútbol.
El cierre del encuentro entre Independiente y Talleres, correspondiente a la segunda fecha del Torneo Clausura, quedó empañado por un violento enfrentamiento entre futbolistas de ambos planteles. La derrota del Rojo por 2-1 en su propio estadio desató un clima de hostilidad que culminó con empujones, insultos y la expulsión de dos jugadores.
Todo comenzó cuando Fernández Cedrés, volante de Independiente, y Miguel Navarro, defensor de Talleres, intercambiaron palabras en el centro de la cancha. La discusión escaló rápidamente con la intervención de Gabriel Ávalos, delantero local, quien agravó la situación al empujar al venezolano. El gesto encendió aún más los ánimos, ya caldeados por el resultado adverso para el equipo de Avellaneda.
La pelea se extendió con la incorporación de otros jugadores, algunos intentando calmar los ánimos y otros sumándose a los reclamos. Guido Herrera, arquero y capitán de Talleres, asumió un rol conciliador, interponiéndose entre los contendientes para evitar mayores conflictos. Sin embargo, la intervención del árbitro Ariel Penel fue inevitable. Tras analizar lo ocurrido, el colegiado decidió expulsar tanto a Navarro como a Cedrés, una medida que generó indignación en ambas bancas.
Desde el lado visitante, protestaron airadamente por la no expulsión de Ávalos, considerado uno de los principales instigadores del incidente. En tanto, en Independiente, el arquero Rodrigo Rey defendió a su compañero y reprochó al árbitro lo que consideró una provocación previa. Penel justificó su decisión al explicar que Cedrés «lo fue a buscar y le pegó una piña», en referencia al contacto con Navarro.
Uno de los momentos más críticos se vivió cuando Herrera, con gesto autoritario, exigió a Navarro abandonar el campo de juego de inmediato para evitar sanciones mayores. Recién cuando los expulsados se retiraron a los vestuarios, el partido pudo darse por concluido sin más sobresaltos.
En lo deportivo, el equipo cordobés, dirigido por Carlos Tevez —ovacionado por la hinchada local por su pasado en el club—, demostró mayor efectividad. Augusto Schott abrió el marcador en el primer tiempo, mientras que Valentín Depietri selló la victoria en el segundo período. Nicolás Freire había conseguido el empate transitorio para el Rojo, pero la falta de contundencia en ataque le impidió dar vuelta el resultado.
Con este triunfo, Talleres ratificó su solidez como candidato, mientras que Independiente quedó en deuda ante su gente, no solo por el desempeño en la cancha, sino también por los lamentables incidentes que mancharon la jornada.
