El expresidente emergió de su bajo perfil para celebrar, a través de un comunicado oficial del PRO, el envío del proyecto de Presupuesto 2026. La medida contrasta con sus duras críticas de principios de año, cuando tachó de “autoritario” al mandatario por no aprobar la ley de gastos 2025, lo que generó un fuerte malestar interno en su espacio político.
Mauricio Macri abandonó temporalmente la reserva en la que se ha refugiado, entre reveses electorales y acusaciones de corrupción, para dirigir un mensaje institucional del PRO que destaca una acción concreta del presidente Javier Javier Milei: el envío al Congreso del proyecto de ley del Presupuesto Nacional para el año 2026. El gesto adquiere un matiz paradójico al compararse con su postura anterior, cuando a inicios de este mismo año calificó de “autoritario” al líder libertario por no haber impulsado la ley de gastos correspondiente a 2025, una declaración que en su momento desató un clima de insubordinación al interior de su fuerza.
El comunicado oficial, difundido este martes, funcionó como la señal para que varios dirigentes del espacio opositor alineados con el expresidente se sumaran a una ola de aprobación hacia la Casa Rosada. La decisión de Macri de romper su silencio no es menor en un contexto político marcado por sus propias dificultades judiciales y la derrota electoral de su espacio en las últimas elecciones legislativas.
El tono del mensaje partidario fue cuidadosamente elaborado, concentrándose de manera exclusiva en el avance administrativo que implica la presentación del presupuesto, evitando cualquier referencia a otras áreas de gestión o a la conflictiva relación que mantuvo con el Gobierno durante los primeros meses de administración libertaria. Esta aproximación selectiva es interpretada en ámbitos políticos como un guiño calculado, que busca tender un puente sin endorsar completamente el proyecto global mileista.
La reacción no se hizo esperar en las redes y en los pasillos del Congreso, donde legisladores oficialistas recibieron el apoyo como una validación significativa de su estrategia económica, mientras que sectores internos del PRO mostraron escepticismo ante lo que consideran un cambio discursivo poco consistente con los recientes enfrentamientos. El comunicado macrista, por tanto, más que cerrar una grieta, parece abrir un nuevo capítulo de negociaciones y ambigüedades en la frágil geografía de la oposición argentina.