El rechazo a Milei llega hasta el fin del mundo

El rechazo a Milei llega hasta el fin del mundo

La primera gira federal del Presidente se transformó en un sonoro fracaso político. Multitudes enfurecidas en Ushuaia y una concurrencia aliada casi inexistente revelan la profunda grieta que generan sus políticas en una provincia perjudicada por la eliminación de la protección económica.

La ciudad de Ushuaia, emblemático símbolo del extremo austral argentino, se convirtió este lunes en el escenario de un contundente y simbólico rechazo hacia la figura del presidente Javier Milei. Lo que el Gobierno nacional había planificado como el inicio enérgico de la campaña electoral rumbo a los comicios de octubre, se desmoronó por completo ante la realidad de una provincia que siente el impacto directo de las medidas libertarias.

La jornada había comenzado con un espíritu de ofensiva en la Casa Rosada, donde el denominado Consejo de Mayo se reunió para esbozar las denominadas “reformas de la segunda etapa”. No obstante, el viaje presidencial a Tierra del Fuego, presentado como la piedra basal de una “recorrida federal”, evidenció una brecha insondable entre las aspiraciones oficialistas y la recepción en el territorio.

Al desembarcar en la ciudad fueguina, el Mandatario se enfrentó a una manifestación masiva de indignación. El despliegue de seguridad, desproporcionado en su magnitud, resultó insuficiente para contener la marea de repudio que se congregó en las calles, un claro mensaje de una comunidad que se considera atacada por iniciativas gubernamentales, como la polémica eliminación de aranceles a la importación de celulares y otros productos, una medida que amenaza la frágil estructura industrial local.

La situación escaló hasta un punto crítico que obligó al propio Milei a suspender la caminata pública que tenía agendada, un gesto planificado para el contacto directo con la gente que fue suprimido por las evidentes muestras de hostilidad. El contraste no pudo ser más elocuente: mientras una multitud vociferaba su descontento, la convocatoria de simpatizantes fue notablemente exiguia, dibujando una imagen de profundo aislamiento para la comitiva presidencial.

El malestar no se circunscribió únicamente a los opositores. La interna de la coalición gobernante asomó su cabeza con la incómoda presencia del diputado José Luis Espert, cuya postulación es vista como un elemento de fricción y un “grano en la boleta” para los estrategas del Proyecto Libertario, añadiendo una capa más de complejidad a una jornada ya de por sí adversa.

La gira, que demandó una inversión cercana a los trescientos mil dólares según fuentes internas, no logró sino acentuar la percepción de un gobierno desconectado de las realidades provinciales y enfrentado a una ciudadanía cuya paciencia se agota. Lejos de impulsar la campaña, la visita a Ushuaia se transformó en una costosa y elocuente demostración de la resistencia que suscita el liderazgo de Milei, incluso en el confín del mundo.

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