Un incidente donde el dispositivo se expandió y lastimó a un usuario, sumado a numerosas quejas sobre una autonomía que se desvanece rápidamente, ensombrecen el lanzamiento del innovador wearable destinado al monitoreo de la salud.
La apuesta más reciente de Samsung en el ámbito de la tecnología vestible, el Galaxy Ring, se encuentra bajo un riguroso escrutinio luego de que se reportaran inconvenientes significativos relacionados con su fuente de energía. Presentado a fines de septiembre de 2024 como una herramienta revolucionaria para el control de la salud y la actividad física, este accesorio ahora enfrenta un serio cuestionamiento sobre su confiabilidad y seguridad.
La situación adquirió un cariz crítico tras un grave episodio sufrido por un propietario del dispositivo. Daniel, un reconocido creador de contenido para Zone of Tech, experimentó una situación aterradora cuando su anillo inteligente comenzó a oprimir su dedo de manera progresiva e insoportable. El artefacto, que se había trabado en su lugar, no podía ser retirado, forzándolo a buscar atención médica de urgencia con la extremidad notablemente inflamada. La evidencia fotográfica posterior no dejó lugar a dudas: la batería del Galaxy Ring había sufrido una severa expansión, muy probablemente ocasionada por un sobrecalentamiento, hasta el punto de reventar.
Este evento aislado pero extremadamente peligroso se ve agravado por una oleada de reclamos provenientes de una considerable cantidad de usuarios. Estos reportan una caída drástica en la duración de la batería, un problema que contrasta con las promesas iniciales de la compañía. Donde antes el anillo funcionaba sin necesidad de recarga durante aproximadamente una semana, ahora muchos propietarios luchan para que el dispositivo conserve energía a lo largo de un solo día. Esta merma acelerada en la autonomía representa un contratiempo sustancial para la funcionalidad básica del wearable.
Expertos en tecnología señalan que, en dispositivos de dimensiones tan reducidas, la batería es el componente más delicado. Factores como las altas temperaturas, la memoria interna o la degradación natural por los ciclos de carga pueden impactar severamente su rendimiento y vida útil. No obstante, lo que resulta completamente inaceptable es un fallo que comprometa la integridad física del usuario, como la expansión y ruptura de la celda.
Frente a este escenario, la presión recae sobre Samsung para que identifique el origen de estos fallos y implemente una solución contundente, no solo para los dispositivos en circulación, sino de cara al desarrollo de una eventual segunda generación. La credibilidad de su incursión en este nuevo mercado pende de un hilo.
A pesar de estos contratiempos, algunos analistas mantienen una perspectiva favorable sobre el producto, calificándolo como un dispositivo fiable y bien construido en términos generales. Subrayan que el caso de la batería que revienta es una excepción estadísticamente mínima dentro del universo de unidades vendidas. Sin embargo, el consejo unánime para los poseedores del Galaxy Ring es ahora uno de precaución: vigilar de cerca el comportamiento de la batería se ha convertido en una recomendación de vital importancia.