Documentos judiciales de Texas y testimonios clave revelan los lazos financieros y operativos entre el diputado José Luis Espert y Federico «Fred» Machado, detenido y requerido por EE.UU. por narcotráfico. Frente a las acusaciones, el legislador libertario alega una «campaña sucia».
Una trama que se extiende desde un pequeño pueblo de Texas hasta el corazón de la política argentina ha dejado al descubierto una conexión que sacude el arco libertario. Documentos de la justicia estadounidense y testimonios de excolaboradores confirman el vínculo de larga data entre el diputado y candidato José Luis Espert y el empresario Federico «Fred» Machado, actualmente detenido en la Argentina con un pedido de extradición de Estados Unidos por tráfico de cocaína a gran escala, lavado de dinero y fraude .
El nexo, que se remonta a la campaña presidencial de Espert en 2019, fue mucho más allá de un apoyo circunstancial. Según han revelado investigaciones periodísticas, Machado se erigió como el principal aportante de aquella aventura electoral, poniendo a disposición del candidato un avión privado King Air, una aeronave Bombardier Challenger y una camioneta Jeep Cherokee blindada para sus traslados por el país . Esta colaboración quedó registrada incluso en agradecimientos públicos de Espert hacia Machado por «el excelente vuelo» durante la presentación de su libro en Viedma .
La relación, sin embargo, adquirió un cariz de mayor gravedad con la divulgación de registros contables de un fideicomisto estadounidense. Peritos de la justicia del Estado de Texas descubrieron que el 1° de febrero de 2020, Espert recibió una transferencia directa de 200.000 dólares proveniente de la estructura financiera que Machado manejaba junto a su socia, Debra Lynn Mercer-Erwin, quien ya fue condenada a 16 años de prisión por narcotráfico . Este hallazgo, denunciado en tribunales argentinos, establece un vínculo económico concreto entre el legislador y una red criminal desmantelada.
Frente a las crecientes acusaciones, la respuesta del diputado no se hizo esperar. Al ser cuestionado, Espert desestimó las imputaciones y las calificó, una vez más, como una «campaña sucia del kirchnerismo», asegurando que desconocía por completo las actividades ilícitas del empresario cuando aceptó su colaboración .
El caso ya ha traspasado los límites de la controversia política para instalarse en el ámbito institucional. Legisladores de los bloques de Unión por la Patria y aun de espacios disidentes del propio oficialismo han presentado un pedido formal de expulsión de Espert de la Cámara de Diputados. Fundan su solicitud en una «inhabilidad moral sobreviniente», argumentando que es necesario «preservar la honorabilidad» del Poder Legislativo y «garantizar que sus miembros sostengan una conducta irreprochable» frente a señalamientos de semejante gravedad .
La historia sella sus orígenes en marzo de 2019, cuando Machado fue presentado a Espert como un empresario liberal interesado en financiar una alternativa política. Lo que el candidato y su círculo más cercano ignoraban –o prefirieron ignorar– era que, para entonces, el supuesto mecenas ya era objeto de seguimiento por agencias estadounidenses, y sus aviones comenzaban a ser vinculados con el transporte de cocaína en pistas clandestinas de Sudamérica y Centroamérica .