El Presidente suspendió su agenda en la capital provincial tras enfrentar un clima de repudio y disturbios. La caminata por el centro fue cancelada y hubo cinco detenidos.
La estadía de Javier Milei en la ciudad de Santa Fe se vio abruptamente interrumpida, en un episodio que refleja la creciente tensión política. El mandatario, quien arribó a la provincia en el marco de una gira proselitista por la región centro, debió modificar su itinerario y replegarse en menos de sesenta minutos, ante un escenario marcado por manifestaciones opositoras y un robusto operativo de seguridad.
La visita, que incluía una caminata por la peatonal San Martín con el objetivo de promover a los candidatos de La Libertad Avanza para los comicios legislativos del próximo año, se transformó en un evento fugaz. Poco después de las diez de la mañana, el Presidente aterrizó en la localidad de Sauce Viejo, acompañado por su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el aspirante a diputado nacional Agustín Pellegrini. No obstante, los planes de un recorrido por el centro comercial se truncaron rápidamente.
En las inmediaciones del Hotel Los Silos, donde se alojaría el jefe de Estado, se registraron enfrentamientos entre simpatizantes oficialistas y grupos de manifestantes. La situación devino en empujones, lanzamiento de huevos y piedras, y la destrucción de una carpa partidaria. Las consignas de repudio, coreadas por los concentrados, resonaron con frases como “Milei, basura, vos sos la dictadura” y alusiones a un presunto sistema de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad, ente que conduce la propia hermana del Presidente.
La respuesta de las fuerzas de seguridad no se hizo esperar. Elementos de la Prefectura Naval y la Policía Federal procedieron a la detención de cinco individuos, tres de ellos imputados por agresión al personal de custodia presidencial. El saldo de los altercados incluyó al menos un militante herido en la cabeza.
Ante la escalada de los incidentes, voceros del Ejecutivo confirmaron la cancelación de la caminata pública, argumentando “razones de seguridad”. La medida fue interpretada por la oposición como una clara señal de la impopularidad del gobierno. Carla Deiana, candidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda, afirmó que la retirada anticipada es consecuencia del rechazo ciudadano hacia las políticas oficiales, citando el descontento de jubilados, los despidos masivos y las acusaciones de corrupción.
Resguardado por un amplio dispositivo de seguridad, el Presidente se asomó brevemente al balcón del hotel para saludar a un grupo de aproximadamente cuatrocientos adherentes. Luego, descendió para fotografiarse con algunos partidarios y dirigir un mensaje frente a las cámaras. “El camino es arduo, pero es el único posible para vivir mejor. Cualquier alternativa es volver al pasado”, expresó Milei, con un tono mesurado, antes de partir hacia la ciudad de Paraná.
Mientras tanto, Agustín Pellegrini, anfitrión de la fallida escala, defendió la gestión presidencial y acusó a la “maquinaria kirchnerista” de obstaculizar el progreso del país. Por su parte, las organizaciones sociales, gremiales y estudiantiles que se movilizaron en el microcentro con consignas de rechazo al ajuste económico, celebraron la suspensión de las actividades callejeras como una victoria simbólica.
El paso de Milei por Santa Fe dejó una imagen dual: por un lado, la figura presidencial rodeada de su círculo íntimo y un puñado de seguidores; por el otro, las calles tomadas por el descontento. Para el oficialismo, se trató de un “episodio aislado” en una campaña en expansión. Para la oposición, fue el síntoma de un malestar social que comienza a desbordar los límites del poder.