Un libro fantasma: el «milagro» de Milei se construye con textos reciclados

Un libro fantasma: el «milagro» de Milei se construye con textos reciclados

El Presidente presentó en el Movistar Arena un volumen de 573 páginas que no incluye una sola línea nueva. Repite capítulos enteros de sus obras anteriores, omite introducciones y exhibe desprolijidades que revelan una producción apresurada. La autoplagio como método.

El milagro de la autoría vacía

En medio de los gritos desgarrados del Presidente y los acordes de rock nacional que dominaron el escenario del Movistar Arena, un hecho crucial quedó opacado: aquel acto del lunes 6 pretendía ser la presentación de un libro. “La construcción del milagro”, editado por Hojas del Sur, fue el trabajo que Javier Milei llevó a escena, aunque su intervención se redujo a veinticinco minutos de alusiones al texto, tras una hora de canciones. Aunque el mandatario lo definió como un nuevo hito en su “batalla cultural”, la obra resulta insólita en múltiples aspectos, consolidando la trayectoria de un plagiador serial.

Lo más llamativo es que el Jefe de Estado no redactó ni una sola palabra para este volumen. No se trata de una metáfora: las 573 páginas consisten en una compilación de discursos y escritos previos. Aunque cualquier autor podría argüir que no es inusual publicar antologías de material reciclado, este caso exhibe una singularidad inédita en el ámbito editorial: Milei ni siquiera se molestó en escribir una introducción o un epílogo, el gesto mínimo que justificaría los $35.500 que cuesta el ejemplar.

Pero la despreocupación no termina allí. Ocho capítulos completos —concretamente los números 1, 2, 3, 9, 17, 18, 20 y 21— fueron reproducidos de manera idéntica respecto de “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica”, el libro que Milei publicó el año pasado con Editorial Planeta. No existen precedentes de un autor que reutilice tal cantidad de contenido idéntico en una nueva obra con apenas doce meses de diferencia. Además, la selección de esos capítulos no parece arbitraria: se eliminaron deliberadamente los párrafos que habían sido denunciados como plagio en su momento, una práctica que esta revista ha documentado de manera reiterada.

El primero en detectar estas repeticiones fue el usuario @nachilos_ en la red social X. Su análisis, basado en cruces de datos estadísticos con versiones digitales de todos los libros del Presidente, reveló un patrón de reciclaje textual sistemático. Según sus cálculos, el 50,6% de “La construcción del milagro” consiste en un “copia y pega” de “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica” —48.026 palabras repetidas sobre un total de 94.923—, que a su vez reproduce un 31% de «Pandenomics», de 2020. Como si esto fuera poco, el libro actual incluye un mismo capítulo duplicado: una versión en castellano titulada “rastreando el origen del error en la literatura neoclásica” y otra en inglés (“tracing the origin of the error in neoclassical literature”). Pese a todo, hay un dato alentador: por primera vez, Milei no plagió a otros autores, aunque no pudo evitar auto-plagiarse.

El texto, aun siendo mayormente repetido, guarda algunas perlas. La escasa revisión editorial dejó intactos agradecimientos a antiguos aliados, como el “queridísimo Ramiro Marra” y la “doctora Victoria Villarruel”, evidenciando cómo ciertos vínculos se han modificado. En el primer capítulo, que reproduce el discurso de aceptación de un doctorado Honoris Causa —un título honorífico que Milei usa para autodenominarse “doctor” pese a no serlo—, se incluye incluso la indicación de una presentadora pidiendo al público que “apague los celulares”. En otro apartado, correspondiente a un discurso de junio de 2024, el líder libertario expresa su “máximo apoyo a nuestro amigo Zelenski”, una afinidad que parece haberse enfriado tras las recientes tensiones con Donald Trump.

La obra contiene solo tres citas: una corresponde a “West Wing”, serie de HBO de la que Milei extrajo una frase para un discurso; otra alude al técnico Carlos Salvador Bilardo. La única intervención personal detectable del Presidente se relaciona con su vínculo con lo divino: ordenó modificar todas las menciones a “Dios” por “D..s”. Según Facundo Milman, intelectual especializado en cultura judía, esta es la forma respetuosa de aludir a la divinidad sin pronunciar su nombre en hebreo, ya que se considera innombrable. Queda por ver qué otro milagro reserva el cielo para el autor.

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