A una Semana de las elecciones, la Incertidumbre Política Agita los Mercados y Define Alianzas

A una Semana de las elecciones, la Incertidumbre Política Agita los Mercados y Define Alianzas

La cumbre entre Milei y Trump en la Casa Blanca dejó más interrogantes que certezas, mientras el dólar y los inversores aguardan los resultados electorales. En paralelo, el Coloquio de IDEA reunió a la élite empresarial en un clima de cautela y reservas, evidenciando la fragilidad de un sistema a la espera de definiciones cruciales.

En vísperas de una elección determinante, la escena política y financiera atraviesa un momento de máxima tensión. La reciente visita del presidente Javier Milei a la Casa Blanca, donde se encontró con su par estadounidense Donald Trump, generó expectativas que pronto se vieron opacadas por la realidad. Lejos de consolidar un respaldo inequívoco, el encuentro derivó en un almuerzo protocolar, donde la solemnidad de la ocasión no logró ocultar las condicionantes impuestas por el anfitrión. Trump dejó en claro que cualquier apoyo financiero estaría supeditado a los resultados en las urnas, refiriéndose específicamente a las elecciones de medio término, un mensaje que la comitiva argentina recibió con resignación.

Mientras los flashes capturaban el instante, la delegación local percibió que la esperada reunión bilateral se reduciría a un encuentro social, con una foto que buscaba proyectar alianza, pero que en el fondo revelaba una relación asimétrica. El menú, que incluyó un flan como postre, generó comentarios irónicos entre los asistentes, evocando metáforas locales. La cumbre, en definitiva, exacerbó las presiones sobre las ya agitadas finanzas argentinas, sin ofrecer el alivio esperado.

Al mismo tiempo, en Mar del Plata, el Coloquio de IDEA congregó a los principales referentes del empresariado nacional. El evento, que tradicionalmente sirve como termómetro de la confianza económica, se desarrolló esta vez bajo un manto de prudencia. La proximidad de las elecciones generales inhibió las declaraciones abiertas, convirtiendo los corrillos en el espacio predilecto para intercambiar opiniones. La ausencia casi total de representantes oficialistas marcó la tónica de un encuentro donde la política estuvo notablemente ausente.

Los salones del Hotel Sheraton, repletos de ejecutivos, fueron testigos de diálogos susurrados y análisis cautelosos. La pregunta recurrente entre los asistentes giraba en torno a las tasas de interés y la volatilidad del dólar, reflejando la incertidumbre que domina el panorama. Consultados sobre la política económica, muchos optaron por el silencio, temerosos de las posibles represalias gubernamentales. “No vamos a decir nada porque, además, son muy vengativos”, admitió un alto directivo en off the record.

La sombra de las exigencias estadounidenses se extendió también sobre este ámbito. En almuerzos reservados, los empresarios buscaban descifrar las intenciones de la administración Trump, cuyo discurso parece reducir la complejidad política argentina a una dicotomía entre fuerzas capitalistas y no capitalistas. Según esta visión, todos los sectores afines al capitalismo deberían converger en el espacio de Milei, una expectativa que simplifica enormemente la realidad local. La clave para lograr estabilidad, señalaron analistas, residiría en los gobernadores y su capacidad para articular acuerdos que permitan la aprobación de las reformas previsional, tributaria y laboral.

Uno de los momentos más comentados del coloquio fue la fugaz visita de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuyo operativo de seguridad generó un caos innecesario en el acceso al hotel. Periodistas y asistentes fueron empujados de manera violenta por el equipo de custodia, en un episodio que contrastó con la imagen de orden que la propia ministra suele promover. Bullrich, imperturbable, respondió algunas preguntas antes de ingresar, mientras su comitiva intentaba calmar los ánimos.

En el plano legislativo, los gobernadores de Provincias Unidas realizaron un acto en el estadio Obras de Buenos Aires, donde criticaron por igual al kirchnerismo y al oficialismo nacional. Bajo el lema “Los gobernadores hacen Obras”, los mandatarios provinciales buscaron posicionarse como una alternativa de equilibrio, en un evento que combinó liturgia partidaria con cabildeos en los pasillos. La presencia de figuras históricas de la política argentina, como Margarita Stolbizer y Miguel Pichetto, añadió un tono transversal al encuentro.

Mientras tanto, en el ámbito bonaerense, el peronismo inicia una danza de sucesiones. La vicegobernadora Verónica Magario emerge como candidata de consenso para liderar el Partido Justicialista, aunque otros sectores promueven al intendente Federico Otermín. El gobernador Axel Kicillof, por su parte, evitó pronunciamientos públicos, aunque dejó entrever su apoyo a Magario durante un acto en San Vicente. En un gesto simbólico, Kicillof apareció en Ezeiza con su mate en mano, lanzando una frase que resonó en las redes: “Prefiero estar tomando mates acá en Ezeiza que chupando botas en Estados Unidos”. La ironía no pasó desapercibida, ya que en ese mismo municipio está prohibido consumir mate durante el horario laboral.

La Legislatura bonaerense, por su parte, podría experimentar cambios significativos. Circula con fuerza la posibilidad de habilitar la figura del interbloque, una herramienta que permitiría a las bancadas menores ganar representatividad en un escenario de alta fragmentación. Esta reforma, que ya se aplica en el Congreso nacional, es vista como una forma de descomprimir las tensiones internas, especialmente en el oficialismo, donde coexisten facciones con visiones divergentes.

En el plano financiero, los créditos hipotecarios, que habían despegado con optimismo en abril, enfrentan ahora un panorama adverso. La demanda se mantiene, pero las condiciones macroeconómicas han enfriado su expansión. “En cualquier parte del mundo, una persona de 30 años con empleo en blanco puede acceder a una hipoteca. Aquí, estamos lejos de eso”, señaló Fabián Kon, CEO de Banco Galicia. La situación refleja una vez más las dificultades estructurales que obstaculizan el crecimiento sostenido.

A una semana de las elecciones, el país se encuentra en un estado de suspenso. Las definiciones políticas no solo moldearán el mapa de alianzas, sino que determinarán la capacidad del gobierno para implementar las reformas que exigen tanto los mercados como los socios internacionales. En este contexto, cada gesto, cada reunión y cada declaración son analizados con lupa, en un juego donde nada es casual y todo parece depender del veredicto en las urnas.

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