La Incertidumbre Electoral Tensa los Mercados y Define el Futuro de la Gobernabilidad

La Incertidumbre Electoral Tensa los Mercados y Define el Futuro de la Gobernabilidad

En una semana crucial, la pulseada cambiaria y las dudas sobre el respaldo internacional marcan el ritmo de una Argentina que aguarda el veredicto de las urnas. El Gobierno enfrenta un examen decisivo para su estabilidad política y económica.

La Argentina se adentra en una semana decisiva que culminará con las elecciones legislativas del domingo, un escrutinio que, aunque de carácter intermedio, determinará la capacidad de gobernabilidad del presidente Javier Milei. El mandatario ha elevado la apuesta, interpretando estos comicios como un plebiscito sobre su gestión, en un contexto donde el respaldo de Estados Unidos parece supeditado al resultado que emane de las urnas.

Los mercados financieros, sumidos en la incertidumbre, han emitido señales contundentes de desconfianza. La persistente escalada del dólar, que ni siquiera el auxilio excepcional norteamericano y el constante apoyo del Fondo Monetario Internacional lograron contener, evidencia la reticencia de los inversores a mantener posiciones en pesos ante la inminencia del acto electoral. Esta desazón se extiende incluso a los bonos de deuda soberana, cuyas cotizaciones registran pérdidas acumuladas superiores al 20% interanual, acercándose a la mitad de su valor nominal, a pesar de contar con el aval para los pagos de 2026 y 2027.

La intervención del Tesoro estadounidense, que el viernes último actuó incluso en el mercado de contado con liquidación, resultó insuficiente para contener la brecha. La divisa norteamericana trepó a $1.540, desbordando la banda cambiaria superior. Paralelamente, en el Mercado Único y Libre de Cambios, la autoridad monetaria local debió salir a la venta de importantes volúmenes de dólares para evitar que la cotización perforara el techo establecido, en una maniobra que los analistas estiman en alrededor de 300 millones de dólares.

Esta estrategia de contingencia, que se mantendrá hasta el domingo, busca evitar un incremento en la liquidez que avive la demanda de divisas. La administración norteamericana no tiene intenciones de librar una pulseada diaria con el mercado. El objetivo del oficialismo es claro: necesita una victoria o, en su defecto, un empate que no menoscabe su representación en el Congreso, crucial para impedir que la oposición alcance mayorías calificadas que bloqueen su agenda.

Ante la imposibilidad de contar con una minoría propia, el Gobierno se vería forzado a una reconfiguración política, buscando alianzas con el PRO y otros sectores, moderando su discurso y realizando concesiones a los gobernadores. Mientras tanto, los sectores de energía, minería y agropecuario continuarán siendo los pilares para la acumulación de reservas y el cumplimiento de los acuerdos con el FMI, aunque con un aporte menor de dólares por parte del campo en el último trimestre.

Distintas consultoras especializadas han analizado este clima de incertidumbre. EconViews, dirigida por Miguel Kiguel, advierte que el Ejecutivo perdió el control de la agenda política y cometió errores en política monetaria que alimentaron la devaluación. Subraya que, más allá de los números legislativos –donde se espera que el oficialismo conserve poder de veto–, el verdadero desafío post 27 de octubre será transitar de la estabilización al crecimiento, lo que exige reformas estructurales y un esquema cambiario creíble.

Por su parte, FMyA señala que la economía llega a los comicios con una macro más sana pero con serias debilidades microeconómicas. Su pronóstico más probable sitúa al Gobierno alrededor del 35% de los votos, un resultado que, aunque lejos de la arrolladora victoria inicialmente esperada, le otorgaría margen para relanzar su programa.

La consultora F2 agrega que la semana será desafiante, con un mercado buscando cobertura ante las dificultades para acumular reservas. El respaldo financiero estadounidense, clave para la sostenibilidad del esquema cambiario, podría revisarse si el resultado oficialista no es el esperado.

En este escenario, el mercado opera en una pausa expectante, evaluando no solo el resultado electoral, sino la capacidad real del Presidente para construir una nueva etapa de gobernabilidad. Las cartas están echadas. Cada operación de esta semana estará teñida de duda, a la espera de un veredicto que definirá ganadores y perdedores no solo en la política, sino en la frágil arquitectura económica nacional.

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