Un Gobierno en la Encrucijada: Ajustes Internos y Presiones Externas Marcan la Recta Final Electoral

Un Gobierno en la Encrucijada: Ajustes Internos y Presiones Externas Marcan la Recta Final Electoral

Mientras el oficialismo intenta proyectar una imagen de unidad y recuperación, las internas, los reclamos de aliados y la sombra de una reestructuración gubernamental definen los últimos días de una campaña que se juega al filo de la navaja.

La administración libertaria busca despedir la campaña con dignidad, aferrándose a un frágil optimismo recuperado. Fuentes cercanas al círculo íntimo del Presidente admiten una mejora en el clima interno, aunque sin garantías de victoria para los comicios de este domingo. Este tenue respiro contrasta con la pesadumbre que imperó tras la contundente derrota en la provincia de Buenos Aires y la resolución del caso que involucró a José Luis Espert.

La última semana de proselitismo, que culminará con un acto masivo en Rosario, se vio opacada por un cúmulo de rumores respecto al Gabinete nacional, visiblemente desgastado y a la expectativa de una inminente reconfiguración a partir del lunes próximo. La negativa a realizar cambios de fondo tras el revés del 7 de septiembre elevó la tensión interna a niveles críticos, al punto que el propio Milei reconoció la proximidad de modificaciones, más allá de las bajas obligadas por la contienda electoral. En los pasillos de la Casa Rosada se especula con que más de la mitad del equipo ministerial podría ser renovado.

La incógnita principal gira en torno al futuro del denominado “triángulo de hierro”, el núcleo duro de toma de decisiones conformado por el Presidente, su hermana Karina y el consultor Santiago Caputo. Las especulaciones sobre la continuidad de este estratega coparon ayer la agenda política. Desde su entorno aseguran que no ambiciona un cargo formal y que su rol dependerá exclusivamente de lo que decida Javier Milei. La reestructuración de este esquema de poder permanece bajo estricto secreto, al igual que la suerte de otros funcionarios clave.

Dentro de La Libertad Avanza se sostiene que la profundidad de los cambios no está supeditada al resultado del domingo, pero un triunfo podría ofrecer un punto de partida más favorable para la construcción de los acuerdos legislativos que hoy son monitoreados directamente desde Washington. Este reclamo de gobernabilidad fue formulado de manera informal por lobistas republicanos y de forma explícita por el secretario del Tesoro americano, Scott Bessent, pieza clave en el rescate financiero de la gestión.

En un intento por honrar esos pedidos, el Gobierno ensayó un gesto de acercamiento a los bloques aliados en el Congreso, con una reunión informal de la comisión de Presupuesto. Sin embargo, el encuentro no produjo avances significativos y generó malestar en figuras como Miguel Ángel Pichetto, quien exigió un “cambio de actitud institucional” y alianzas más efectivas. Paralelamente, el Ejecutivo promulgó, pero postergó la aplicación, de leyes clave, a la espera de la asignación de partidas presupuestarias.

La estrategia de cierre de campaña refleja un recálculo táctico. Si bien el acto final será en Córdoba, provincia considerada clave, se privilegió a Santa Fe para un gran cierre, movilizando al Gabinete casi en pleno. Esta decisión se tomó cuando los sondeos parecían más desfavorables, pero desde el oficialismo nacional ahora manifiestan un entusiasmo cauteloso, asegurando que la imagen presidencial ha mejorado.

En el crítico territorio bonaerense, la apuesta fue la polarización con el kirchnerismo, intentando recortar la abultada diferencia de la elección provincial. Para esta tarea se recurrió al pragmatismo y experiencia mediática de Diego Santilli, cuya performance genera satisfacción en el equipo libertario. Anoche, se manejaba internamente que la brecha con el rival se había reducido, aspirando a que sea menor a diez puntos.

El escenario dista mucho de lo que el Presidente visualizaba tras su triunfo en mayo. Hoy se ve forzado a considerar un reinicio integral de su Gabinete y de su esquema de poder, presionado por demandas internacionales y la necesidad de impulsar reformas. Incluso debió recurrir nuevamente a Mauricio Macri, recibiéndolo en dos oportunidades en menos de una semana. El exmandatario, sin embargo, observa desde la distancia, esperando el veredicto de las urnas y, sobre todo, la reacción de Milei el lunes siguiente. De esa reacción podría depender la suerte del Gobierno en la segunda mitad de su mandato.

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