Tras la expulsión de Espert, La Libertad Avanza se ve sacudida por nuevas y graves acusaciones. Lorena Villaverde, candidata a senadora, enfrenta evidencias de un arresto por narcotráfico en EE.UU., vínculos con un capo preso y una polémica amenaza a un periodista, lo que generó un pedido transversal para su exclusión del Congreso.
El espacio político que comanda el presidente Javier Milei se encuentra nuevamente bajo los reflectores de un escándalo de gravísima magnitud, directamente vinculado al narcotráfico. Luego de la defenestración de José Luis Espert de sus listas, una nueva tormenta estalló, esta vez con epicentro en la diputada y aspirante a senadora por Río Negro, Lorena Villaverde. La legisladora carga con un antecedente penal en los Estados Unidos que le vedó el ingreso a ese país, acusada nada menos que de participar en la compra de un kilogramo de cocaína.
La situación, que conmociona a la escena política, se agravó cuando documentos judiciales oficiales del Estado de Florida desmintieron contundentemente las versiones de la propia Villaverde. Según los registros, la ahora candidata fue detenida en Miami en el año 2002, implicada en una transacción de cocaína valorada en diecisiete mil dólares. Frente a las primeras revelaciones periodísticas, Villaverde optó por una estrategia de defensa que fue calificada como desacertada e insuficiente: intentó refutar las acusaciones de tráfico de estupefacientes mediante una prueba de consumo, que resultó negativa, como si el delito que se le imputa fuera personal y no de comercialización. La diputada tildó las publicaciones de ser parte de «una campaña sucia» en su contra.
El caso se complejiza al conocerse sus lazos con Claudio Ciccarelli, identificado como primo y presunto testaferro de Federico «Fred» Machado, un narcotraficante que se encuentra tras las rejas. Este mismo personaje es señalado como la fuente de los pagos en dólares que recibió el ya expulsado José Luis Espert, dibujando una inquietante trama de conexiones.
El escándalo escaló a un nivel aún más preocupante cuando el periodista Nicolás Wiñazki, quien dio a público la información, reveló un mensaje personal que recibió de la diputada. La misiva, que decía «Que dios te bendiga y te devuelva el doble de lo que hacés en salud para vos y tu familia», fue interpretada por el comunicador como una velada amenaza, agregando un nuevo capítulo de extrema gravedad al affaire.
Frente a este cúmulo de evidencias y declaraciones, la oposición comenzó a alzar la voz con firmeza. El diputado Facundo Manes, de la agrupación Democracia para Siempre, exigió la exclusión inmediata de Villaverde de la Cámara Baja y que renuncie a su candidatura. A través de las redes sociales, Manes sostuvo la necesidad de construir un frente transversal contra el narcotráfico, al que definió como «la amenaza más fuerte que tiene hoy el sistema democrático en América Latina».
A este pedido se sumó con vehemencia el legislador Esteban Paulón, de Encuentro Federal, quien reclamó que la diputada deje la presidencia de la Comisión de Energía. Paulón fundamentó su solicitud no solo en los vínculos con la trama narco y las amenazas al periodista, sino también en la propia prohibición de ingreso a Estados Unidos, argumentando que esta condición dificulta seriamente la gestión de una comisión que debe tratar con empresas petroleras de esa nación.
La crisis política es de tal envergadura que habría forzado un cambio en la agenda del propio presidente Milei. Se rumorea con firmeza que el mandatario habría cancelado una de sus habituales «recorridas federales» que tenía planeada para Río Negro, buscando evidentemente despegar su imagen de la tormenta que envuelve a su candidata en esa provincia, en un claro indicio del daño que este nuevo escándalo inflige a su espacio político.