Gastón Alberdi, antiguo referente de La Libertad Avanza y cercano al Presidente en sus comienzos, expuso una conversación privada en la que el mandatario admitió su vínculo con investigados por tráfico de drogas. La sombra del narcofinanciamiento se proyecta sobre los orígenes del espacio político.
En una entrevista radial que promete sacudir los cimientos del oficialismo, Gastón Alberdi, quien fuera un estrecho colaborador de Javier Milei durante los primeros pasos de su carrera política, reveló un diálogo confidencial en el que el actual Jefe de Estado le habría reconocido haber prestado asesoramiento a narcotraficantes. La confesión, que data del año 2021, emerge en un contexto de máxima tensión, marcado por la inminente extradición a los Estados Unidos del empresario “Fred” Machado, señalado por narcotráfico y lavado de activos, y vinculado a campañas electorales.
Según el testimonio de Alberdi, emitido en declaraciones a la radio AM 750, la revelación se produjo cuando Milei ya había obtenido su banca legislativa. La trascendencia de esta confidencia adquiere ahora una dimensión abrumadora, a la luz del reciente escándalo por los presuntos aportes ilegales de Machado, quien en las últimas horas lanzó una inquietante advertencia: afirmó que si él decide hablar, “se cae el país”. Frente a esta declaración, Alberdi no dudó en identificar al destinatario de la amenaza, interpretándola como un mensaje directo y contundente hacia la máxima autoridad nacional.
El exintegrante del movimiento libertario describió un entorno donde las visitas de Machado y su círculo eran recurrentes. Relató que, aunque no participaba de esos encuentros, fue testigo del constante ir y venir de figuras como el propio empresario cuestionado, su primo, su pareja y varios referentes políticos, entre los que mencionó a José Luis Espert, al mismo Milei, y a otros nombres hoy conocidos en la esfera pública.
Alberdi confesó que, en su momento, a Machado se lo presentó como un empresario del sector minero que colaboraba con la campaña. No obstante, en una mirada retrospectiva, ahora califica aquella operatoria como un claro caso de “narco-financiamiento espurio” que permeaba los inicios de aquel espacio político.
El punto más álgido de su relato llegó al evocar la advertencia que él mismo le trasladó a Milei, luego de recibir un alerta desde México sobre los vínculos de Machado con la DEA. Fue en ese instante, según su versión, cuando el entonces diputado le habría confesado que efectivamente había asesorado a narcotraficantes. Alberdi aclaró que, en aquel momento, interpretó que se trataba de una actividad estrictamente profesional, ajena a la estructura partidaria, una distinción que hoy pone en tela de juicio.
Para reforzar su denuncia, Alberdi aseguró que el Presidente no solo le hizo esa concesión a él, sino también a otros allegados, como Santiago Cúneo. Con un tono de desilusión, el excolaborador culminó su exposición afirmando que lleva años intentando alertar sobre esta situación y acusó a sus antiguos compañeros de ser “negadores seriales”, mientras presentaba lo que, según él, son pruebas de transferencias financieras que comprometen a varias figuras.
Desde otra vereda, el abogado Yamil Castro Bianchi, patrocinante de la causa judicial contra Espert, manifestó su expectativa por el testimonio que Machado pueda brindar ante las autoridades estadounidenses. En sus declaraciones, el letrado expresó que existe una firme esperanza de que, una vez asegurada su protección, el empresario aporte datos cruciales que permitan desentrañar una trama de financiación ilegal cuyas ramificaciones, aseguró, podrían ser mucho más profundas de lo que se conoce hasta el momento. La promesa de un testimonio explosivo en tierra norteamericana mantiene en vilo a la clase política argentina.