Renuncias confirmadas, ministros en la cuerda floja y la posible incorporación de Santiago Caputo al Ejecutivo marcan el clima de definición en el Gobierno. La pulseada con el macrismo y el resultado electoral definirán el mapa de poder.
A pocos días de las elecciones legislativas, el Gobierno aguarda los resultados para redefinir su Gabinete
En un clima de incertidumbre y especulaciones, el presidente Javier Milei se prepara para reestructurar su equipo de gobierno una vez que se conozcan los resultados de los comicios del próximo domingo. Según confirmaron altas fuentes oficiales, el mandatario evaluará el escenario político y tomará decisiones clave respecto a la conformación de su Gabinete de cara a lo que denomina “reformas de segunda generación”.
El propio Milei adelantó que, una vez finalizado el escrutinio, analizará “qué tipo de entramado necesito para lograr los objetivos”. Sin embargo, el anuncio no incluyó precisiones sobre los nombres o las áreas que sufrirán modificaciones, lo que generó un hervidero de versiones en los pasillos de la Casa Rosada.
Las bajas confirmadas y los que piden retirarse
Entre las salidas más resonantes se encuentran las de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el titular de Defensa, Luis Petri, quienes dejarán sus carteras para asumir sus bancas legislativas. A ellos se suma el vocero presidencial, Manuel Adorni, que también concretará su paso al ámbito legislativo.
Pero las novedades no terminan allí. Según pudo confirmarse, el canciller Gerardo Werthein y el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, habrían comunicado al Presidente su intención de abandonar sus funciones tras los comicios. Werthein, en particular, mantiene un fuerte enfrentamiento con el asesor presidencial Santiago Caputo, a quien responsabiliza de una serie de ataques públicos por parte de militantes oficialistas.
Caputo, el hombre clave en la sombra
La figura de Santiago Caputo aparece como un eje central en esta reconfiguración. Aunque hasta el momento se ha desempeñado sin un cargo formal, el Presidente confirmó que evalúa integrarlo al Gabinete. Esta posibilidad genera resistencias internas, especialmente en el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien cuestionó públicamente la falta de definición de roles en la estructura de gobierno.
La influencia de Caputo se ha hecho notar en múltiples áreas, desde la estrategia electoral hasta las negociaciones con gobernadores. Su eventual llegada al Ejecutivo podría alterar el equilibrio actual, en especial en ministerios como el de Economía, a cargo de Luis Caputo, cuyo futuro también dependerá de los resultados del domingo.
Nombres en danza y posibles reemplazos
En medio de este panorama, varios nombres comienzan a sonar para ocupar los espacios que quedarán vacantes. El intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, aparece como una opción para asumir una cartera unificada de Seguridad y Justicia. Desde el entorno del macrismo, también se promueve la llegada de Guillermo Dietrich o Javier Iguacel, ambos cercanos al expresidente Mauricio Macri.
Por otro lado, se espera que algunas figuras mantengan sus posiciones. Es el caso de Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, quien ha recibido elogios públicos del Presidente por su gestión en materia de asistencia social y control de la protesta. También se prevé la continuidad de Mario Lugones en Salud y Federico Sturzenegger en Desregulación, aunque este último ha visto reducidas sus atribuciones tras el vencimiento de las facultades delegadas.
La interna con el macrismo y una reunión pendiente
Otro factor que influirá en la reestructuración es la relación con el expresidente Mauricio Macri, quien ha manifestado su descontento con el actual esquema de gobierno y ha ofrecido cuadros propios para sumarse a la administración. Se espera que, tras las elecciones, Milei y Macri mantengan una reunión clave para delinear los acuerdos políticos que sostendrán al Gobierno en el próximo tramo.
Mientras tanto, la incógnita sobre el futuro del Gabinete se mantiene. Lo único claro es que, una vez más, el Presidente decidirá con los números en la mano, en un intento por consolidar su proyecto en un escenario de alta fragilidad política y económica.