El equipo de Marcelo Gallardo enfrenta este viernes a Independiente Rivadavia en semifinales, con un lugar en la final y la posibilidad de clasificar al máximo torneo continental en juego. La presión es máxima en un año marcado por resultados futbolísticos decepcionantes.
River Plate se enfrenta a una cita decisiva en su temporada. La Copa Argentina se ha convertido en un propósito ineludible para el club, ya que constituye el camino más corto y viable para asegurar su participación en la próxima edición de la Copa Libertadores. Este viernes, a partir de las 22.10 en el estadio Mario Kempes de Córdoba, el equipo millonario medirá fuerzas con Independiente Rivadavia de Mendoza, en un partido que será transmitido por TyC Sports.
La importancia de este encuentro es incuestionable. Alcanzar la final, donde espera el vencedor del duelo entre Belgrano y Argentinos, no solo mantendría vivas las aspiraciones de acceder al torneo continental más prestigioso, sino que también representaría un respiro anímico en un año plagado de sinsabores. Por el contrario, una eliminación en esta instancia significaría un duro revés tanto en lo emocional como en lo deportivo, agravando aún más una campaña considerada ampliamente deficitaria. Cabe destacar que, si la igualdad persiste tras los noventa minutos, la definición del finalista se resolverá mediante la ejecución de penales.
River arriba a esta instancia tras superar a Racing en un compromiso arduo por 1 a 0, disputado en la ciudad de Rosario. Sobre el papel, el rival parece asequible, pero el contexto exige máxima concentración. En la tabla anual, el equipo se sitúa en la segunda posición, aunque su lugar podría verse comprometido si Boca Juniors gana su partido pendiente contra Barracas Central, lo que lo relegaría al tercer puesto y lo obligaría a disputar un repechaje. En el Torneo Clausura, el desempeño tampoco ha sido el esperado: ocupa la quinta ubicación en la Zona B, con veintiún puntos. No obstante, el triunfo del pasado sábado por 2 a 0 frente a Talleres permitió cortar una racha negativa de seis derrotas en siete presentaciones. El director técnico Marcelo Gallardo mantiene incertidumbre respecto a la alineación titular, con dos dilemas principales: la elección entre Galoppo y Lencina en el mediocampo, y la disyuntiva en el ataque entre Colidio y Driussi.
Por el lado de Independiente Rivadavia, el momento no es el más auspicioso. El equipo mendocino logró su pase a semifinales tras imponerse a Tigre por 3 a 1 en los cuartos de final. Sin embargo, en el plano local atraviesa una fase irregular, con dos caídas y cuatro empates en sus últimos seis compromisos. Este rendimiento ha generado un visible descontento entre su afición y ha alejado al equipo de la clasificación a octavos de final, manteniéndolo además a seis puntos de un lugar que otorgue acceso a la Copa Sudamericana. El sábado pasado, esta racha negativa se vio reforzada con una derrota como local ante Banfield por 2 a 1.
La semifinal se presenta, así, como una oportunidad de redención para River y una prueba de fortaleza para un rival que intentará reponerse de su adversa situación. El escenario está listo para un partido que definirá no solo un finalista, sino también el rumbo inmediato de ambas instituciones.
