En un partido de emociones extremas, la Universidad de Chile rescató un empate dramático en el último suspiro frente a un Lanús que parecía dueño de la llave. El conjunto argentino, que dominó con claridad en la primera etapa, vio cómo su ventaja se esfumó en el tiempo adicional.
En una noche de vértigo en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, el fútbol volvió a demostrar que ningún resultado está escrito hasta el pitazo final. Lanús, cómodo y efectivo, se encaminaba hacia una victoria contundente como visitante, pero una reacción tardía e implacable de la Universidad de Chile dejó el marcador 2-2, inyectando una dosis de esperanza en el equipo local de cara al duelo definitorio.
La escuadra argentina, conocida como el “Granate”, estableció su autoridad en el primer tiempo con una demostración de contundencia. Rodrigo Castillo se erigió como la figura al convertir dos oportunidades en un lapso demoledor de apenas cuatro minutos. Primero, aprovechando la audacia de un arquero adelantado, y luego, empujando con precisión un centro preciso de Eduardo Salvio, sentenció una primera mitad que pintaba de color local.
La reacción del equipo chileno fue lenta, pero con destellos de peligro hacia el cierre de la etapa inicial. Sin embargo, fue en el complemento donde el partido mutó por completo. Presionando con mayor intensidad, la Universidad de Chile encontró el descuento gracias a la puntería de Lucas Di Yorio, quien capitalizó un rebote dentro del área pequeña tras un remate inicial de Franco Calderón.
El encuentro entró en una fase de locura. La igualdad estuvo a centímetros cuando un potente disparo de Javier Altamirano estalló en el travesaño, dejando en el aire la sensación de que el empate era cuestión de tiempo. Mientras tanto, Lanús, aunque acosado, buscó refugiarse en contragolpes esporádicos que fueron contenidos por el guardameta Gabriel Castellón.
El reloj avanzaba y la desesperación crecía en las gradas. En una de las últimas incursiones, la pelota tocó el brazo de Agustín Cardozo dentro del área, decretando el máximo penal en los minutos de descuento. La responsabilidad cayó sobre los hombros del experimentado Charles Aránguiz, quien, con la frialdad que le otorga su vasta trayectoria, ejecutó un remate bajo e imparable que desató el éxtasis en la parcialidad local.
A pesar de la amarga sensación de haber dejado escapar una victoria que tenía en sus manos, Lanús se lleva de Chile un resultado valioso. La llave de las semifinales de la Copa Sudamericana 2025 está completamente abierta y se definirá el próximo jueves en la fortaleza del estadio Néstor Díaz Pérez, donde el equipo argentino buscará cerrar el paso a un rival que demostró tener un corazón imposible de doblegar.
