En un encuentro que quedará grabado en la memoria del fútbol continental, el conjunto paulista dio vuelta una desventaja de tres goles ante Liga de Quito y selló su pase a la final de la Copa Libertadores con una victoria arrolladora por cuatro tantos contra cero.
São Paulo, Brasil. – Bajo las luces del Allianz Parque, el Palmeiras protagonizó una de las hazañas más memorables de la historia reciente de la Copa Libertadores. Frente a un marcador global adverso de 0-3, el equipo dirigido por Abel Ferreira desplegó un fútbol arrollador que culminó en un contundente 4-0, asegurando de esta manera su presencia en la final del certamen, donde Flamengo ya aguarda.
La noche tuvo un nombre propio: Raphael Veiga. El mediocampista se erigió como el héroe del partido al anotar dos goles decisivos, entre ellos el penal que certificó la clasificación de su equipo. Su actuación fue fundamental en un encuentro que mantuvo en vilo a todos los espectadores.
El duelo, dirigido desde el campo por el árbitro colombiano Wilmar Roldán y con David Rodríguez en la cabina del VAR, fue seguido por una multitud en el estadio y transmitido a través de ESPN, Disney+ y Fox Sports. La gran final, que definirá al nuevo monarca del fútbol sudamericano, se disputará el próximo 29 de noviembre en el Estadio Monumental de Lima.
El equipo ecuatoriano, comandado por Tiago Nunes, llegaba a Brasil con una ventaja significativa tras su contundente triunfo en Quito. Sin embargo, desde el primer minuto, el Palmeiras impuso un ritmo intenso y un juego ofensivo que sofocó a los visitantes. La primera señal de la remontada llegó a los diecinueve minutos, cuando Ramón Sosa cabeceó un centro preciso de Allan para inaugar el marcador y acortar distancias en el global.
La presión del Verdao no decayó y, en los instantes finales de la primera etapa, Bruno Fuchs capitalizó un rebote dentro del área para marcar el segundo tanto, dejando el agregado 2-3 y avivando la esperanza entre la afición local.
La segunda mitad continuó con idéntica dinámica: Palmeiras dominó el terreno de juego y buscó incansablemente el gol que nivelara la eliminatoria. La igualdad en el global llegó mediante una jugada colectiva que culminó con un preciso remate de Raphael Veiga, quien estableció el 3-0 parcial y forzó la definición desde los doce pasos.
El desenlace se inclinó definitivamente para los brasileños cuando, tras una falta de Carlos Gruezo sobre Allan, el árbitro sancionó penal. Veiga asumió la responsabilidad y, con un disparo impecable, fijó el 4-0 definitivo, sellando así el pase de Palmeiras a la final. “Noventa minutos son mucho tiempo”, había anticipado Abel Ferreira antes del partido, y su equipo lo demostró con creces en el campo.
Por su parte, Liga de Quito sintió la baja de Bryan Ramírez, expulsado en el partido de ida, lo que obligó al equipo a reestructurar su formación. El conjunto ecuatoriano, que había eliminado a tres rivales brasileños en fases previas –Botafogo, Sao Paulo y el propio Palmeiras en la ida–, no pudo sostener su ventaja inicial y sucumbió ante la presión constante del local.
El historial entre ambos clubes en la Copa Libertadores es breve: tres enfrentamientos, con dos victorias de Liga de Quito en condición de local y una de Palmeiras. En esta edición, el equipo paulista había dejado en el camino a Universitario de Perú y River Plate antes de medirse a los ecuatorianos.
