Tras un año de hostigamiento, el Gobierno exhala y esquiva un revés en el Congreso

Tras un año de hostigamiento, el Gobierno exhala y esquiva un revés en el Congreso

La coalición oficialista, tras doce meses de continuas derrotas en el recinto, logró evitar una sesión que pretendía limitar los decretos de necesidad y urgencia. Sin nuevas reuniones hasta diciembre, Milei afianza su agenda para las extraordinarias, mientras el bloque opositor muestra fisuras internas y una lucha por la conducción.

Después de un extenso período de asedio parlamentario, el Poder Ejecutivo consiguió un respiro crucial en vísperas del cambio en la composición del Legislativo. No habrá más sesiones ordinarias, lo que allana el camino para que el presidente Javier Milei enfrente un panorama político menos adverso a partir de diciembre.

La sesión que el peronismo de Unión por la Patria tenía prevista para este jueves se dio por fracasada desde la noche del miércoles, tras intensas pero infructuosas negociaciones. Según fuentes de la oposición, existió un acuerdo tácito con el oficialismo para no modificar la Ley 26.122, que regula los decretos de necesidad y urgencia (DNU). Desde el espacio opositor se señaló a la Unión Cívica Radical como la responsable de no brindar el apoyo necesario para alcanzar el quórum.

El objetivo del peronismo era claro: realizar una última demostración de poder antes del recambio legislativo. De haber logrado sancionar los cambios a la normativa, habría condicionado severamente los próximos dos años de la administración libertaria, al restringir la herramienta clave que Milei ha utilizado para sortear la falta de apoyo en el Congreso.

Eufórico por este desenlace, el gobierno de inmediato divulgó el temario para el período de sesiones extraordinarias que iniciará el 10 de diciembre. Entre sus prioridades se encuentran la Ley de Presupuesto para 2026, el proyecto de inocencia fiscal, las reformas laboral y penal, y una iniciativa destinada a blindar el superávit fiscal.

Las tratativas para conseguir los votos necesarios fueron intensas pero no llegaron a puerto. José Mayans, líder del bloque de Unión por la Patria en el Senado, intentó sin éxito convencer a los radicales. La puja incluyó ofrecimientos de cargos, incluso en la Auditoría General de la Nación, en un intento desesperado por sumar apoyos. Las versiones se contradijeron, con cada sector culpando al otro por el fracaso. Un senador opositor afirmó que Unión por la Patria ni siquiera lograba reunir sus propios 34 votos.

En la Cámara de Diputados la situación fue similar, donde la sesión promovida por el peronismo también naufragó. Este revés no solo dejó en evidencia el aislamiento de la fuerza tras los resultados electorales, sino que también anticipó las fracturas que podrían profundizarse a partir de diciembre. La pugna por la conducción del espacio opositor también se libra entre los gobernadores, quienes buscan ampliar su influencia. Gustavo Sáenz de Salta convocó a una reunión con sus pares para consolidar un grupo de diputados afines, una fuerza que podría volverse determinante en una Cámara que se encamina a una hiperpolarización.

Con el cierre del período ordinario, todos los expedientes perderán estado parlamentario, otorgando a los libertarios una oportunidad única para impulsar su agenda en condiciones más favorables. En Diputados, el bloque oficialista experimentará un crecimiento significativo, pasando de 40 a 91 legisladores, un número suficiente para proteger los vetos presidenciales y negociar con mayor poder.

La Casa Rosada, a través de Cristian Ritondo, ya detalló su lista de prioridades para las extraordinarias. Se trata de un temario ambicioso, aunque desde Balcarce 50 confían en que, como mínimo, lograrán la aprobación del Presupuesto y instalarán el debate sobre el resto de las iniciativas. Se anticipa que las sesiones podrían extenderse durante todo el verano.

Mientras tanto, en la oposición, la fractura es palpable. La esperada alianza entre Provincias Unidas y Encuentro Federal nació con desavenencias, con una disputa abierta por la presidencia del interbloque. Al cierre de esta edición, se anticipaba que el bloque de Pichetto podría desmarcarse de esta coalición, acercándose a los radicales, en un tablero político que se reconfigura día a día, dejando al peronismo más dividido que nunca frente a un oficialista que, por primera vez en mucho tiempo, recupera el aliento.

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