La historia de Juan Argañaraz conmovió a toda Tucumán. Músico, chef y luchador incansable, enfrentó una enfermedad devastadora acompañado por el amor de su esposa, de sus afectos y de una comunidad que se movilizó gracias a la iniciativa de Catalina Iglesias, quien impulsó la viralización de su caso y gestionó el apoyo periodístico que permitió que su historia llegara a miles de personas.
Desde InfoPatagonia on line, Tierra del Fuego, acompañamos con profundo respeto la despedida de Juan Argañaraz, joven oriundo de La Lastenia —Banda del Río Salí— y radicado en Alderetes. Su vida, marcada por el esfuerzo y el dolor, tomó una dimensión inesperada cuando su situación se hizo conocida y despertó una ola de solidaridad pocas veces vista.
Esa viralización no fue espontánea: nació de la empatía profunda, la sensibilidad humana y el compromiso solidario de Catalina Iglesias, quien llegó a la historia de Juan en uno de los momentos más duros de su vida. Él y su esposa atravesaban un tiempo de absoluta soledad emocional y sin acompañamiento estatal. Catalina fue la primera en pedir ayuda, en golpear puertas, en visibilizar lo que estaba ocurriendo. Entendiendo la urgencia, gestionó personalmente la intervención del periodista Nacho Santillán, de Alderetes Portal de Noticias e instó a propagar la información hasta este lugar a través de nuestro medio Infopatagonia on line. Aquella entrevista realizada en la vivienda de Juan se multiplicó rápidamente en redes, y su testimonio logró conmover y movilizar a miles de personas, sosteniendo su tratamiento durante meses.
Gracias a esa decisión, la historia de Juan no quedó en silencio: se transformó en un mensaje colectivo cargado de humanidad, que unió corazones y despertó solidaridad.
Enfrentando un cáncer testicular con metástasis retroperitoneal, Juan transitó una batalla dolorosa e injusta. A su lado estuvo siempre su esposa, Ivana Cisneros, sosteniéndolo con una fortaleza que tocó a todos los que siguieron su historia. Su casamiento en plena enfermedad quedará como un símbolo de amor genuino, de entrega y de esperanza incluso en los momentos más oscuros.
Catalina, quien fue un motor fundamental en la ayuda que recibió Juan, recordó así lo vivido:
“Después de viralizarse la terrible situación que estaban atravesando, su soledad se convirtió en cariño, ayuda y solidaridad. Juan era feliz sintiendo tanto amor… y ese amor le alargó la vida lo más que se pudo.”
También habló de sus heridas invisibles:
“Él tenía heridas del alma que nunca cicatrizaron. Muchas veces se rendía. Y ahí estábamos nosotros. Ahí estaba Ivana, recordándole que aún había razones para seguir viviendo.”
Y dejó grabado un agradecimiento que resonó profundamente:
“Agradezco profundamente a Alderetes Portal de Noticias, especialmente a Nacho Santillán, quien desde el primer minuto me dijo ‘sí’ cuando pedí ayuda. Su sensibilidad permitió que la historia de Juan tocara miles de corazones.”
Juan fue músico, percusionista en grupos muy queridos del Este tucumano, y también chef, oficio que llevaba con dedicación. Su vida estuvo marcada por la sencillez, la nobleza y la fortaleza con la que enfrentó cada desafío. En sus últimos días, su salud se agravó por tumores cerebrales con hemorragias, pero incluso en su agonía, como relató Catalina, “peleó por vivir como nunca”. Ella tuvo la difícil y dolorosa oportunidad de despedirse antes de que él partiera.
Juan falleció el domingo 8 de diciembre, rodeado del amor de su familia y de quienes jamás lo dejaron solo.
Catalina lo despidió con palabras que hoy atraviesan a todos los que siguieron su historia:
“A vos, Juan… siempre te llevaré como un hijo del alma. Gracias por permitirme acompañarte. Gracias por enseñarme tanto sin darte cuenta. Hasta alguna vez, en otra vida.”
