El Pincha venció a Racing en una épica definición por penales y alzó el trofeo del Clausura, sellando su pasaje a la Copa Libertadores y terminando con un largo ayuno de títulos locales.
La sequía llegó a su fin en una jornada histórica. Estudiantes de La Plata se consagró campeón del Torneo Clausura tras derrotar por 5 a 4 a Racing Club en los tiros desde el punto penal, después de un vibrante empate a un gol durante el tiempo reglamentario y el suplementario. Este triunfo no solo le otorga un trofeo añorado, sino que le pone punto final a una prolongada espera de quince años sin conquistar la Liga, un período que se remontaba al Apertura 2010, logrado bajo la conducción técnica de Alejandro Sabella.
El partido, disputado en el Estadio Único Madre de Ciudades, tuvo sus héroes en la cancha. Adrián Martínez, apodado «Maravilla», y Guido Carrillo fueron los autores de los goles que mantuvieron la paridad durante los 120 minutos de juego. Sin embargo, el momento culminante llegó desde los doce pasos, donde el equipo platense mostró fortaleza mental para inclinar la balanza a su favor. Santiago Ascacibar, símbolo de lealtad al haber rechazado ofertas de otros clubes importantes, fue el capitán encargado de alzar el trofeo ante el delirio de la hinchada.
La ceremonia de premiación contó con la presencia del presidente de la AFA, Claudio Tapia, quien entregó el cheque simbólico de quinientos mil dólares al vicepresidente primero del club, Martín Gorostegui. La ausencia institucional de Juan Sebastián Verón, suspendido por un fallo disciplinario, no impidió que la máxima leyenda viva del club fuera protagonista de una noche mágica. De manera sorpresiva, «La Brujita» vivió el partido desde las tribunas populares, mezclado entre los miles de hinchas, en un gesto que conmovió a la comunidad estudiantil. Según relataron medios locales, Verón realizó un extenso viaje por vía aérea y terrestre para no perderse la final, y su eufórico festejo al final del partido, seguido del emotivo gesto de los jugadores de llevarle el trofeo a la grada, quedaron grabados como imágenes icónicas de la consagración.
Un acto de caballerosidad y respaldo deportivo destacó al final del encuentro: los jugadores de Racing permanecieron en el campo de juego para formar el tradicional pasillo de honor y asistir a la premiación de sus rivales, reconociendo el mérito del nuevo campeón.
Más allá de la gloria inmediata, este título tiene una proyección continental de enorme valor. Estudiantes aseguró su plaza en la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026, competición a la que accede directamente como campeón local, tras haber quedado fuera de la lucha por clasificaciones en la Tabla Anual. De este modo, se unirá a Platense, Independiente Rivadavia, Lanús, Rosario Central y Boca Juniors como representantes argentinos en la máxima competencia sudamericana, mientras Argentinos Juniors deberá afrontar el repechaje.
Con el sabor del título aún fresco, el equipo de Eduardo Domínguez no tendrá mucho tiempo para el descanso. Su próximo objetivo ya está en el horizonte: enfrentará a Platense por el Trofeo de Campeones, en una nueva definición que promete sumar otro capítulo a esta exitosa temporada. La noche en Santiago del Estero no cerró un ciclo, sino que abrió una puerta hacia nuevos desafíos para un club que recuperó, con pasión y entrega, el lugar en la cima del fútbol argentino.
