Tras un escrutinio exhaustivo, se confirmaron los resultados en cinco distritos donde la contienda legislativa se resolvió por márgenes mínimos. Mientras el peronismo logró imponerse en tres territorios, el espacio libertario mantuvo sus victorias en dos provincias clave. La incógnita continúa en Buenos Aires, donde el conteo final aún está pendiente.
El cierre del escrutinio definitivo de las elecciones legislativas celebradas el pasado domingo trajo consigo la confirmación oficial de los resultados en cinco provincias donde la competencia se presentaba extremadamente reñida. La definición de estas bancas, que pendía de un hilo debido a diferencias que rondaban apenas el uno por ciento, era crucial para la conformación del próximo Congreso.
En un desenlace que refleja la profunda fragmentación política del país, el peronismo consiguió alzarse con la victoria en tres de estos distritos. Las provincias de La Rioja, La Pampa y Santa Cruz se inclinaron finalmente por los candidatos oficialistas, asegurándoles una representación vital en la Cámara legislativa. Estos triunfos, aunque ajustados, le otorgan un aliento significativo al bloque oficialista en un contexto nacional complejo.
Por su parte, La Libertad Avanza, el movimiento que ha irrumpido con fuerza en el escenario político, logró consolidar sus avances iniciales y retener las dos provincias donde se había proyectado como ganador. Tanto en Chaco como en Chubut, la fuerza que lidera Javier Milei confirmó su triunfo, reafirmando su penetración territorial y su capacidad para desafiar a los espacios tradicionales. Estos resultados consolidan a LLA como una tercera fuerza de peso, capaz de disputarle electores al peronismo y a la oposición en regiones diversas.
Mientras la atención se centraba en estas definiciones, la provincia de Buenos Aires, el distrito de mayor magnitud y con el mayor número de bancas en juego, mantiene en vilo al arco político. El recuento final de votos en este territorio aún no ha sido oficializado, dejando abierta una incógnita fundamental que podría influir de manera decisiva en el equilibrio de poder dentro del Congreso. La demora en la emisión de los resultados bonaerenses extiende la expectativa y posterga el análisis completo del nuevo mapa legislativo.
La jornada electoral, por lo tanto, deja un panorama de polarización y competencia feroz en cada región. Los estrechos márgenes de victoria en estas cinco provincias no hacen más que evidenciar un electorado profundamente dividido y la emergencia de un nuevo tablero político, donde tres fuerzas principales se disputan la representación con intensidad.
