Cristian Jerónimo, líder sindical, niega que Gerardo Martínez haya avalado el proyecto oficial. Califica la iniciativa de «regresiva» y «falaz», y señala que el Ejecutivo utiliza el nombre del gremialista para justificar una ofensiva contra los derechos laborales. Anuncian que evalúan medidas de fuerza.
En un contundente desmentido que tensiona aún más el diálogo social, la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) salió a rechazar públicamente el proyecto de reforma laboral del gobierno de Javier Milei y a acusar a la administración libertaria de fabricar una narrativa falsa. A través de su co-secretario general, Cristian Jerónimo, la central obrera desmintió categóricamente que el dirigente Gerardo Martínez, representante gremial en el Consejo de Mayo, haya suscrito o avalado las conclusiones que el oficialismo difundió para impulsar su iniciativa.
En declaraciones radiales, Jerónimo, quien también conduce el Sindicato del Vidrio, sostuvo que el proyecto oficial es “totalmente regresivo” y aseguró que el Gobierno intenta legitimarlo utilizando indebidamente la figura de Martínez. Según la versión oficial, el delegado de la CGT habría propuesto reescribir la Ley de Contrato de Trabajo para adaptarla a los nuevos tiempos, un señalamiento que provocó la inmediata réplica del sindicalismo.
El núcleo de la controversia reside en el rol desempeñado por Gerardo Martínez, titular de la UOCRA. Jerónimo afirmó con firmeza que su colega no legitimó en ningún momento la reforma laboral, precisando que éste no firmó el documento final del Consejo de Mayo ni asistió a las dos últimas reuniones del organismo. “Su nombre lo pudieron haber puesto ellos, él no lo firmó”, aseveró, elevando el tono de la disputa. La ausencia en el encuentro definitivo, explicó, fue una demostración política del rechazo unánime de la central obrera a la propuesta gubernamental.
El dirigente aclaró que la participación de Martínez en las conversaciones iniciales contó con el aval del Consejo Directivo de la CGT, pero su mandato se limitó a transmitir los temas tratados, sin que en ningún momento se otorgara apoyo al capítulo laboral de las discusiones. “No legitimamos nada”, recalcó Jerónimo, y fue más allá al desestimar la versión oficial sobre las supuestas propuestas de su par: “A mí no me consta que Gerardo Martínez haya propuesto reescribir la Ley de Contrato de Trabajo”. Concluyó esta afirmación con una acusación directa y sin matices: “El Gobierno miente”.
Respecto al contenido de la reforma, el líder sindical fue tajante en su crítica. Argumentó que la iniciativa, lejos de fomentar la creación de empleo, genera el efecto contrario y constituye una “falacia” destinada a ocultar los verdaderos problemas del país. “El problema de la Argentina no son los derechos de los trabajadores, sino la recesión económica que hay”, sentenció, desplazando el eje de la discusión hacia la crítica a la política económica.
En un anticipo de lo que podría ser una escalada en el conflicto, Jerónimo adelantó que durante la próxima reunión del Consejo Directivo de la CGT se evaluará la convocatoria a una movilización para expresar el repudio del movimiento obrero organizado. Esta advertencia marca un nuevo capítulo en la creciente tensión entre el sindicalismo y el gobierno, en un escenario donde el desacuerdo sobre la política laboral parece insalvable y las acusaciones de falsedad dominan el espacio público.
