La ciudad bonaerense enfrenta una de las peores catástrofes naturales de su historia, con al menos diez fallecidos, miles de evacuados y daños materiales incalculables. El Gobierno nacional y provincial activaron planes de emergencia para asistir a los afectados.
Bahía Blanca, una de las ciudades más importantes del sur de la provincia de Buenos Aires, se encuentra sumergida en una profunda crisis tras las intensas precipitaciones que cayeron durante la madrugada y la mañana del 7 de marzo de 2025. Con más de 400 milímetros de agua acumulada en menos de ocho horas, las calles se convirtieron en ríos embravecidos, arrastrando vehículos, árboles, postes de luz y electrodomésticos, mientras que los barrios más afectados quedaron completamente anegados.
El temporal, catalogado por los expertos como uno de los más severos en la historia de la región, ha dejado un saldo preliminar de al menos diez víctimas fatales, aunque las autoridades advierten que el número podría aumentar en las próximas horas debido a la complejidad de las tareas de rescate. Además, más de 1.300 personas han sido evacuadas y alojadas en nueve centros habilitados en distintos puntos de la ciudad.
Una Ciudad Paralizada
La magnitud de las lluvias provocó el colapso total de los servicios básicos: Bahía Blanca quedó sin electricidad, sin señal de telefonía móvil y sin suministro de agua potable. Los accesos a la ciudad fueron cerrados, y las principales rutas, como la RN3, la RP65 y la RN35, se encuentran intransitables debido a la inundación y el desmoronamiento de puentes y banquinas.
La Planta General Cerri, operada por Transportadora de Gas del Sur S.A (TGS), también se vio obligada a suspender sus actividades, lo que agravó aún más la situación. Los comercios permanecen cerrados, y la vida cotidiana de la ciudad está completamente paralizada.

Respuesta Gubernamental y Ayuda Económica
Ante la gravedad de la situación, el Gobierno nacional, en coordinación con las autoridades provinciales y municipales, activó un operativo de emergencia para asistir a los damnificados. El ministro de Economía, Luis Toto Caputo, anunció la aprobación de una ayuda económica de 10 mil millones de pesos para la reconstrucción de la ciudad, un monto que podría incrementarse según las necesidades.
Además, el Banco Nación puso en marcha una línea de crédito especial para los afectados, con plazos de hasta 72 meses y montos de hasta 7 millones de pesos, destinados a la reposición de electrodomésticos, muebles y otros bienes dañados por la tormenta.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, declaró la emergencia en Bahía Blanca y otros seis distritos afectados, lo que permitirá destinar fondos adicionales para la asistencia y reconstrucción. «Es una verdadera tragedia climática», afirmó Kicillof, quien llegó a la ciudad pasadas las diez de la noche tras enfrentar dificultades para acceder a la zona debido a las condiciones climáticas.
Operativos de Rescate y Asistencia
La provincia de Buenos Aires desplegó un Comité de Emergencia Interministerial que movilizó recursos humanos y materiales para asistir a los afectados. Se enviaron lanchas, botes semirrígidos, kayaks, camiones de carga, camionetas y helicópteros para las tareas de rescate. Además, se distribuyeron colchones, frazadas, kits de limpieza, alimentos y agua potable en los centros de evacuados.
La Armada Argentina también colaboró con vehículos, botes y efectivos, mientras que el Ejército se enfocó en la evacuación de pacientes del Hospital Penna, donde incluso debieron trasladarse incubadoras con bebés recién nacidos.
Un Llamado a la Solidaridad
Mientras las autoridades trabajan para restablecer los servicios esenciales y evaluar los daños, la comunidad bahiense enfrenta un panorama desolador. Familias enteras han perdido sus hogares, y muchas aún buscan a sus seres queridos entre los escombros y el barro.
Desde el Congreso, legisladores de distintos partidos políticos impulsaron la creación de un Fondo Especial de 20 mil millones de pesos para asistir a las familias afectadas y declarar la emergencia en la provincia por un plazo de 180 días.
La tragedia de Bahía Blanca no solo ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de las ciudades frente a los fenómenos climáticos extremos, sino también la necesidad de políticas preventivas y una respuesta coordinada entre los distintos niveles de gobierno. Mientras tanto, la solidaridad y la ayuda mutua se han convertido en el único consuelo para quienes lo han perdido todo.