Suspensión de Cumbre Económica: El Frío en la Relación Trump-Milei Tras una Ausencia Inesperada

Suspensión de Cumbre Económica: El Frío en la Relación Trump-Milei Tras una Ausencia Inesperada

La cancelación de la visita del secretario del Tesoro estadounidense a Buenos Aires revela una fractura diplomática. El origen: la decisión de Javier Milei de no asistir al sorteo del Mundial 2026 en Washington, dejando en suspenso un encuentro clave con Donald Trump y postergando un acuerdo comercial que parecía inminente.

La esperada consolidación del vínculo estratégico entre la administración de Donald Trump y el gobierno de Javier Milei enfrenta un imprevisto y severo enfriamiento. El anunciado acuerdo comercial, percibido por amplios sectores como un pacto donde la Argentina ofrecería concesiones amplias a cambio de un respaldo político simbólico, queda nuevamente en un nebuloso limbo. La tensión se materializó con la súbita suspensión del viaje a Buenos Aires del influyente secretario del Tesoro, Scott Bessent, un movimiento interpretado en círculos diplomáticos como una reprimenda directa desde Washington.

El desencadenante de esta fricción habría sido una decisión de última hora del presidente argentino. Milei, finalmente, optó por no viajar a los Estados Unidos para participar en el sorteo de la Copa Mundial de Fútbol 2026, evento que se realizará en el Kennedy Center de la capital federal. Su presencia allí no era meramente protocolar; constituía el escenario para un encuentro de alto nivel con el propio Donald Trump. En uno de los palcos privilegiados del centro cultural, y con la asistencia confirmada de figuras como el secretario de Estado Marco Rubio y el titular del anfitrión, Richard Grenell, se planeaba afianzar los lazos y dar un espaldarazo público a la alianza.

La agenda, cuidadosamente coordinada, incluía además a la hermana y asesora presidencial, Karina Milei, al ministro de Economía Luis Caputo y al embajador argentino, Alec Oxenford. La cancelación de la visita presidencial generó primero decepción y luego un palpable malestar en la Casa Blanca, donde se habían reacomodado compromisos de la más alta importancia para recibir al mandatario considerado el principal aliado de los intereses norteamericanos en el Cono Sur.

La reacción de Trump fue rápida y contundente. Según informan fuentes cercanas a la negociación, el expresidente instruyó personalmente a Scott Bessent para que abortara su inminente visita a la Argentina. Esta medida representa un duro revés para el equipo económico libertario, que veía en el secretario del Tesoro no solo a un interlocutor vital, sino también al primer y más significativo inversor en el complejo esquema financiero que impulsan Milei y Caputo para estabilizar la economía nacional. Bessent era, en la práctica, el puente principal con los capitales que el gobierno argentino intenta atraer con urgencia.

El mensaje subyacente es claro: en la administración Trump, los gestos políticos y la lealtad se valoran al mismo nivel que los términos contractuales. La ausencia de Milei, atribuida oficialmente a compromisos domésticos pero ampliamente asociada en ámbitos políticos a su intento de evitar un cruce con el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, fue leída como una falta de compromiso con el socio mayor. Este episodio deja al descubierto la fragilidad de una relación que se publicitaba como indestructible y pospone sine die la firma de un acuerdo comercial que, en los hechos, parecía tener un camino allanado. La pelota, ahora, queda en el campo argentino, ante un socio poderoso que demostró que su respaldo tiene un precio y que las ausencias, en política internacional, nunca son gratuitas.

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